14.11.25

Skeleton Tree.

Skeleton Tree.

 

 (Sólo aquellos que han perdido a un hijo saben la clase de dolor irreparable al que se enfrenta uno). 

 

Después de 1997 el músico australiano Nick Cave se tomó un descanso para recuperarse de la adicción a la heroína y el alcohol que lo afligía desde hacía más de veinte años. Durante ese período conoció a su pareja actual, la modelo británica Susie Bick. Se casaron en 1999 y tenían una pareja de gemelos, Arthur y Earl Cave.
 
El decimosexto álbum de estudio y último disco de Cave con The Bad Seeds,Skeleton Tree’, comenzó su grabación a finales de 2014, con varias sesiones hasta comienzos de 2016, bajo la producción de Nick Cave y de Warren Ellis. Las primeras sesiones fueron realizadas en Brighton, Inglaterra.
En julio de 2015 durante esas sesiones, Arthur, el hijo de Cave, falleció al caer de un acantilado cerca de Ovingdean Gap, con quince años de edad y después de haber ingerido LSD.
Las sesiones fueron retomadas en Francia. Y las últimas sesiones de grabación tuvieron lugar a comienzos de 2016 en Londres, donde fue también filmado el documental ‘One More Time with Feeling’, dirigido por el cineasta neozelandés Andrew Dominik.
En Septiembre de 2016 lo hemos conocido. 

Nick Cave & The Bad Seeds – Skeleton Tree (2016) 
FULL ALBUM    (Official Audio)

 
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De ‘Skeleton Tree’ se ha dicho en Internet que es un “disco de una belleza impresionante, de dolor esparcido, a veces directo, a veces alegórico”, que “gira entre el adormecimiento desconcertado y la desgarradora profundidad”. O tópicamente, que “este álbum es, por encima de todo, un estado de ánimo, la tabla de salvación a la que aferrarse”. En definitiva, “un disco lleno de heridas que jamás sanarán. Imperfecto y dolorido”.

La decisión de Cave de convertir su propia tragedia en ejercicio artístico, es vista por algunos como una discutible explotación del dolor. No puede negarse en estos sucesos, una cierta capitalización del desamparo que a todos nos atañe en nuestro caso. Pero es que, incluso cuando se cree que ya nunca lo vas a hacer, hay circunstancias que te pueden cambiar radicalmente.

Aunque sin duda, en ‘Skeleton Tree’ hay un intento de Cave por tratar de entender. Ante el piano, Cave puede exorcizar sus fantasmas con letanías recitadas y melodías rotas y desestructuradas. La presencia de la ausencia sobrevuela en un Cave que busca algo de consuelo.
“Nos dijeron que nuestros dioses nos sobrevivirían / Nos dijeron que nuestros sueños nos sobrevivirían / Pero nos mintieron”, dice Cave en el disco.

Merece la pena recrearse en el último tema del disco, el que da título al álbum. Imprescindible.


“Está en mí, pero ya no vive” NC.
El tiempo no cura pero anestesia.



)

31.10.25

La cigarra y la hormiga.

 [© foto del autor]

 
 
Existe, de hace pocos años, en Internet una versión actualizada de la fábula de ‘La cigarra y la hormiga’ atribuida a Esopo y recreada por La Fontaine y Samaniego.

La hormiga trabaja todo el verano y se aprovisiona de víveres para el invierno. Por el contrario, la cigarra se lo pasa cantando, bailando y riendo. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su hormiguero donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
Pero pongamos que la hormiga es una codiciosa trabajadora cuya intención es almacenar mucho grano de la sementera, aprovechando que la cigarra sólo toma lo que realmente necesita.  Pongamos que la hormiga utiliza la astucia para acaparar bienes sin descanso y luego especular con ellos. 
Pongamos que la cigarra canta para alegrar el ánimo a la hormiga y espera que ésta sepa agradecérselo y la cigarra entiende que en la vida hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
A la hora de la verdad cuando se recrudece el invierno, la cigarra, sin comida y sin cobijo, ante la negativa de la hormiga a prestarle ayuda y la recriminación por haber pasado el verano holgazaneando, organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida cuando quiere, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre.

Los ciudadanos se sorprenden de que en un país tan prospero como el suyo dejen sufrir a la pobre cigarra mientras otros viven en la abundancia. Hay manifestaciones delante de la morada de la hormiga. Los periodistas pergeñan una serie de artículos en los que cuestionan como la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra e instan al gobierno a que aumente los impuestos de la hormiga de forma que las cigarras puedan vivir mejor.

Los impuestos de la hormiga van aumentando y además le llega una multa porque no contrató a la cigarra como ayudante en verano. Las autoridades embargan el hormiguero, ya que aquella no tiene suficiente dinero para pagar la multa y los impuestos. La hormiga abandona el país…


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En la actualidad, en que la lucha por la vida se ha acrecentado sobremanera, vuelve a verse el sentido didáctico de la historia tal y como hoy transcurre de verdad: el trabajo de la hormiga, como antes, se ve recompensado con su supervivencia, aunque este trabajo tenga que pasar, por necesidad, incluso por la depredación de la cigarra, cuya imprevisión se paga con la vida.

Y es que cuando la cigarra se acerca al hormiguero despreocupada, las hormigas se la comen.

 
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24.10.25

Edificios ‘tiovivo’

 Edificios ‘tiovivo’.

La construcción de edificios que pueden moverse sobre sí mismos, girando mediante sistemas mecánicos complejos, quiere representar una visión innovadora que podría combinar tecnología y creatividad. Estos proyectos, de complicada ejecución material, como los rascacielos giratorios en Dubai que están en fase experimental (*), o los de viviendas que siguen la trayectoria del sol, ‘girasoles’, desafían las nociones convencionales de estabilidad y estética, y en ese sentido no pueden considerarse parte de la arquitectura canónica, proponiendo en cambio, desde la ingeniería, unas edificaciones dinámicas que, en el ámbito de la innovación, tendrían el potencial de convertirse en referentes ingenieriles si logran integrar aspectos culturales y estéticos de manera perdurable. Además, también existen inconvenientes asociados a estos edificios en términos de sostenibilidad real. El consumo energético adicional en la fabricación de sistemas mecánicos y motores, el mantenimiento técnico, y la gestión de las instalaciones en movimiento, la propia fabricación de componentes especiales y la infraestructura necesaria para soportar estos movimientos puede requerir recursos adicionales y generar impactos ambientales serios. A los que hay que añadir el propio impacto que, como artefactos artificiales, conllevan.

 

(*) https://www.youtube.com/watch?v=iY0Uuyf8Xhw&t=82s

Desde 2008, el arquitecto David Fisher, de Dynamic Architecture, viene trabajando en el proyecto de crear torres o rascacielos que giren sobre sí mismos. 

Esa propuesta, que se está vendiendo porque desafiaría (sic) las leyes de la física, se llevaría a cabo, teóricamente, cuando las torres completen un giro de 360 grados en menos de dos horas. Eso parece que facilitaría su estabilidad y evitaría que los inquilinos percibieran la rotación. Sin embargo, el proyecto no se espera a corto plazo. Las enormes dificultades técnicas hacen que sea una propuesta para áreas con gran poder adquisitivo.

 Y como dictum profesional, no todo lo que proyectan los arquitectos es arquitectura. (Excepción de la Villa Girasole (circa 1930) del arquitecto Angelo Invernizzi cerca de Verona).



 

8.10.25

Huevos de Pascua.


En días pascuales de ayuno y abstinencia, releo dos descripciones gastronómicas en Sándor Márai, de disímil forma expresiva y contenido ajustado al respectivo leitmotiv de cada narración y que hubieron llamado mi atención en su momento y que, a raíz de otra lectura, uno rememora aquí.

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“Se quedaron mirando la imagen del comedor, con la sala de estar al fondo; los muebles enormes guardaban todavía el recuerdo de aquellas horas (…) ¿Qué servirás a tu invitado?
-Trucha -respondió Nini-. Sopa y trucha. Carne poco hecha y ensalada. Gallina de Guinea. Helado flambeado.  Hace diez años que no lo  hace el cocinero. Me imagino que le saldrá bien –dijo, un tanto preocupada.
- Vigílalo tú, así saldrá bien. Aquella vez también serviste cangrejos- dijo muy bajo, como si hablara sólo para sí.
-Sí –respondió con calma la nodriza-. A Kristina le gustaban los cangrejos. (…)
-Cuida los vinos –dijo el general, (…) Da orden de que suban el Pommard del año noventa y ocho. Y el Chablis, para el pescado. Y una botella del Mumm, del viejo, una de las botellas grandes. (…)
-¿Qué quieres de ese hombre? –preguntó de repente la nodriza.
-La verdad –respondió el general." 

La opípara cena aristocrática tendrá lugar en un castillo húngaro en 1940 y todo convergerá, en la novela, en un duelo sin armas entre anteriores amigos, un ajuste de cuentas cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer y una cacería. Ambos han vivido a la espera de este momento, tras cuarenta y un años y cuarenta y tres días, pues entre ellos se interpone un secreto de una potencia tan extraordinaria como para haberles cambiado la existencia. Es su último encuentro. 
Márai, Sándor (2010).- El último encuentro. Ed. Salamandra. Barcelona.


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   “Sin embargo, en aquel encierro hay un elemento tranquilizador (…) Saben que eso es el asedio. El edificio aún sigue en su sitio, (…)
   Los alimentos aún abundan. Todos tienen más de lo que necesitan. En los fogones comunales hierven cacerolas de la mañana a la noche, como si prepararan un banquete nupcial o funerario en el infierno. Por el aire cargado se extiende el aroma y el sabor de platos apetitosos, en una cazuela chisporrotea manteca de cerdo, cuyo aroma se entremezcla con el rancio olor del repollo. (…)
   Erzsébet está instalada cómodamente en su rincón. A veces se acerca al fogón, calienta algo para su propio consumo en el hogar común. Tiene bizcochos, conservas, en una bolsa de papel ha traído un kilo de guisantes y habas. (…)
   El asedio es una realidad y sigue una especie de orden interno y externo. El asedio existe en la ciudad y en el refugio. Reconocer este hecho, esta realidad, es lo único que da consistencia y razón a la vida.” 

   Sin ser una de sus obras maestras, este texto, de escritura coetánea a los hechos novelados y que permaneció inédito hasta más de una década tras su suicidio, se desarrolla con oficio a pesar de la urgencia de su redacción y posee un esqueleto narrativo al servicio de su argumento dramático: la transformación espiritual de la protagonista por la ‘dación en pago’ a la que se ve forzada.
   Budapest, enero de 1945. Sitiada por las tropas soviéticas, mal defendida por los nazis y sus aliados, los fascistas húngaros, la ciudad se derrumba física y moralmente. Abandonada por las legaciones diplomáticas, se encuentra en situación dramática. Escondidos y hacinados en sótanos sus habitantes civiles, salvo muchos judíos, permanecen esperanzados en su liberación o escépticos frente al futuro incierto, aferrados en todo caso a lo que la vida les va deparando.
   Rito o rutina, la gastronomía, aún la de guerra, allí también tiene lugar. 
 Márai, Sándor (2012).- Liberación.Ed. Salamandra. Barcelona.


[Bundesarchiv Bild 101I-680-8285A-06]

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6.10.25

Día del Libro


“Uno nació esteta como podía haber na­cido maricón. Uno tiene una visión estéti­ca de la Historia que viene a coincidir, cu­riosamente, con la visión moral. Pero la estética es primero, lo confieso humilde­mente.

Al hilo de las ‘Memorias' de Emilio Romero.
La noche de la cena en el Ritz, con Díez Alegría y Fraga Iribarne, se lo dije a Emi­lio, antes del primer plato:
        -Enhorabuena, Emilio. El premio es tuyo.
        -Yo no sé nada. A mí me ha metido Lara en esto.
Pero Lara añade, a su agudeza andalu­za, su experiencia catalana. No mete a nadie en nada. Más bien acuden todos a los millones de Lara.
 Luego, cuando anunciaron que Giménez Caballero, con pseudónimo (sutiles condotierismos de mi amado Rafael Borrás), compartía el premio, vi a Emilio, en la mesa de aliado, naturalmente demudado sobre su demu­damiento enfermo y habitual.
Ahora leo las ‘Memorias’ de Emilio Romero, ya publi­cadas, y admiro su agilidad para narrar la Historia (aunque se le va notando que dicta, por problemas en los ojos, muy res­petables).”

Francisco Umbral (La belleza convulsa).

(by google)

16.9.25

Culturas de resistencia.

Hace ya 70 años de la muerte de Charlie Parker y un aventajado discípulo está en escena. Estamos en Londres y el parkeriano saxofonista está exiliado y es judío. Es un disidente, político y musical. También es escritor, se trata de Gilad Atzmon. Crítico con el Estado de Israel, su postura antisionista es atacada a menudo asimilándola a posturas antisemitas. Dada su formación de izquierda, suele explicar, y aplicar, la historia del jazz como una dialéctica de luchas. “El jazz de finales de los años cincuenta sacó a la luz los profundos defectos del sueño americano. Para la burguesía blanca, el jazz era un problema que necesitaba solución: integrarlo en el sistema. Y así el jazz dejó de ser subversivo habiendo pasado a ser un mero género marginal asociado con la música ambiental de fácil audiencia. El mensaje espiritual y político del jazz casi está derrotado. Fue la música de la revolución, pero ahora es el suave sonido del capital”.


                              GILAD ATZMON (http://www.gilad.co.uk/)

La coherencia artística y personal de su obra, le hace asumir que el éxito anule la búsqueda de la legitimidad  y  la  motivación  social  o  política  y  que  de un  disco  meritorio  sólo  quede un movimiento temático, unas frases, unos colores producidos por el timbre de los instrumentos.
Su música, que con base en el ‘bebop’ incorpora música mediterránea, no es considerada por él, en absoluto judía.

“Si eres hebreo eres extranjero de todas formas y a la actividad artística judía le falta autenticidad, según Wagner. El jazz trata sobre la libertad, no sobre la autenticidad”.

Se niega a considerar el jazz como una aventura técnica. El jazz no sería una forma de conocimiento, sino un estado de ánimo, una visión del mundo, una forma innovadora de resistencia.
 

“Tocar jazz es sugerir una realidad alternativa, reinventarse, estar listo para hacerlo hasta el amargo final. Es un asalto contra la racionalidad y una rendición completa a la belleza. Requiere la revisión e interiorización de unos amplios principios armónicos y rítmicos antes de que uno pueda producir su primera frase jazzística, por simple que ésta sea. A lo largo de los años he tenido ocasión de rodearme de gente mucho más dotada que yo, de músicos mucho más avanzados que yo... Para mí, ser músico implica poder expresarse uno mismo a través de la música, ser uno mismo. Es mucho más fácil ser otra persona [un clon] que uno mismo”.

¿Cómo escuchar entonces su música sin prejuicios?
- Es blanco… ¡Oh!
- Es judío… ¡Ah!
- Es propalestino… ¿No? Y sin embargo...
  
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El melómano de jazz para no caer en la tentación tiene que escuchar la música como Ulises atado al mástil. Y la tentación es no transformar los sonidos en relatos ni los acordes en conversaciones.
Escuchar entonces el proceso sonoro que deviene música: los entrelazamientos de una sección rítmica, el uso de la disonancia y la síncopa o los estallidos emocionales, que constituyen, según Paolo Fabbri, un pálpito continuo de transformaciones.
El jazz inventa sus reglas. Y es aquel en el que domina la improvisación, deja a un lado toda armonía y toda melodía, no teme a la cacofonía, experimenta con timbres nuevos y crea estructuras propias, sus propias formas de previsibilidad.
Como cualquier improvisación colectiva, sigue Fabbri, también la del jazz se vale de estratagemas: los desarrollos melódicos, el cromatismo consonante pero ajeno a la escala y las improvisaciones modales o las atonales.
La forma de vida que el jazz nos propone tiene una extraordinaria importancia para la teoría cultural en sus aspectos artísticos, estéticos y políticos. Gilles Deleuze ha señalado en la música de jazz una dimensión política que no se limita al desarrollo de significados culturales en la interpretación. Política que supone investigación, experimentación e invención de un lenguaje. Una sesión de jazz crea una comunidad, un colectivo de ejecutantes y oyentes e introduce, al mismo tiempo, sentido en la naturaleza muda de un sonido sin significado.
Como el lenguaje sonoro de la música carece de nivel semántico, y es precisamente aquí, dice Fabbri, donde radica su contenido y su sentido, se habla de ella sólo mediante metáfora poética o alegoría social. Siendo sobre todo la de jazz, la que merece más adjetivos calificativos y epítetos despectivos, más simplificaciones sociológicas y antropológicas.
  

Vide: AA.VV., Jazz in Emilia Romagna. L'arte, la storia, il pubblico, Europe Jazz Network Ed., 2005.

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