4.2.12

La diosa de TVE

"Una madrugada del año pasado, de cuyo día no quiero acordarme, y mientras hacía  ruta por el zapping habitual en las noches que tenía que trasnochar, algo me frenó en seco cuando llego a la altura del informativo del Canal 24 horas de TVE.
Con la mirada petrificada contemplo a una presentadora cuyos ojos, que parecen eyacular miradas, son tan claros y deslumbrantes que mi vista no puede apreciar de qué color son.
Su pelo largo, liso y tan brillante que hasta las luces de los focos del estudio se reflejan en su color castaño, va peinado de una forma original. Un peinado que transmite una fantasía regresiva de lo que pudo ser, antes de convertirse en la periodista ahora parlante. 
Su expresividad y esfuerzo por hacer veraz su discurso se conjuga en la forma con la que mueve unos labios carnosos que esconden unos dientes que relucen. 
Intentando sacar más conclusiones a tanta belleza, me pregunto como es posible que haya personas humanas con unos rasgos físicos tan armoniosos.


El caso es que, obviamente y de forma anecdótica, al día siguiente me doy cuenta de que mis ojos, ante tanta expectación, olvidaron dirigir la vista a los rótulos de crédito. Es increíble, pero sólo alguien tan embrujado como yo se le podía pasar inadvertido como se llamaba aquella chica. Otra noche, la vuelvo a buscar y a ver. Se llama Raquel Martínez.
No oigo hablar de ella ni en el trabajo ni a pie de calle y me pregunto como es posible, aunque en parte lo comprendo por la franja horaria que mi musa representa. 

Sintiéndolo mucho por la admirada Ana Blanco (para muchos, la mejor de todas, a nivel profesional), quisiera imaginar cuales serían los efectos del impacto televisivo con Raquel Martínez presentando el Telediario del mediodía".