12.3.22

Vida y milagros de todos los diablos [y II].

 

(Sr. Verle)
 
(continúa)

Fleuretty: teniente general de las huestes infernales de Belcebú. Es experto en plantas ‘venenosas’ (psicotrópicas). Demonio nocturno, fomenta el deseo sexual, y causa siempre guerras entre los hombres.
Foran: demonio al servicio de Sargatanas.
Guseyn: gran duque infernal que conoce todo lo referente al pasado, presente y futuro, responde todas las preguntas que se le hagan, reconcilia a los amigos y otorga honor y dignidad. Demonio al servicio de Agaliareth
Leraye: gran marqués infernal que comanda 30 legiones. Causante de grandes batallas y disputas. Es descrito como un apuesto arquero vestido de verde que carga un arco. Hace que las heridas por arco de flecha comiencen a pudrirse.
Leviatán: bestia marina del Antiguo Testamento (ver Jonás), asociada con Satanás. Él es el demonio amo de los océanos, ningún arma hecha por los hombres podía lastimarlo, también era el rey de las bestias, temido por los hombres. Tiene el grado de gran almirante. La tradición rabínica hace de él un demonio andrógino.
Lilith: uno de los tres demonios de la noche cuyo sexo es femenino. Un demonio súcubo que visita a los hombres por la noche. Sus rasgos son terroríficos. Es representada como una mujer hermosa desnuda con alas y con garras en lugar de pies. Es una deidad hembra que dio origen a la leyenda judía de esposa-demonia de Adán. Fue la primera mujer (antes que Eva) creada de la tierra al igual que él. Ella no acepto servir a Adán y escapo del jardín del Edén. Dios mando a sus ángeles, para tratar de disuadirla, pero ella se rehusó a seguir con Adán y Dios la maldijo, haciendo que todos los hijos que ella pariera, morirían. Lilith paría hasta cien hijos por día. Ahora Lilith, es la consorte del demonio Samael, con quien procrea cientos de demonios. Antes de convertirse en la señora de los demonios, durmió una noche más con Adán, de donde dicha unión nacieron Shedim, Linin y Ruchin.
Lucifer (Luzbel): demonio identificado con uno de los principales ángeles caídos que gobierna los infiernos. Según mitos hebreos, Lucifer era un querubín que, por soberbia, se rebeló contra Dios y como castigo fue expulsado del cielo por el arcángel Miguel. El nombre significa el dador de luz.
Lucífugo: es una de las más poderosas entidades infernales, encargado del gobierno del infierno por orden de Lucifer, donde actúa como primer ministro. Sólo puede asumir un cuerpo de noche, pues odia la luz. Tiene control sobre los tesoros y las riquezas del mundo. Entre sus muchos deberes están la pena de la enfermedad y la deformidad, la creación de terremotos, y la destrucción de deidades sagradas.
Marbas: Demonio presidente que aparece como un majestuoso león y después con forma humana. Imparte habilidades mecánicas, responde con verdad preguntas secretas, causa y cura enfermedades, y transforma a los hombres en varias formas. Está al servicio de Lucífugo.
Mefistófeles: príncipe del infierno subordinado a Lucifer. Un arcángel caído y uno de los siete poderes infernales. Es uno de los tres maestros del infierno. Antes de su caída era uno de los regentes del planeta Júpiter.
Nebiros: mariscal del infierno, el señor de los muertos. Líder de los nigromantes infernales. Es la mano derecha del ángel caído Lucifer, quien le dio el poder sobre todas las milicias infernales. Se dice que tiene el poder de ver el futuro, predecir eventos y crear el mal sobre quien él quiera. También conoce las propiedades mágicas de los metales, vegetales y minerales.
Samael: ángel de la muerte y el envenenamiento, casado con Lilith, el ángel de la prostitución. Al principio de la creación, era el más poderoso de los tronos de ángeles. Ocupa un lugar en el trono mayor del cielo, tiene 12 alas, dos veces el número de alas de los serafines y de otras criaturas vivientes. Es el demonio de la tormenta. Rige la violencia y la destrucción y está relacionado con todos los placeres y maldad relacionados a la materia. Otra de sus características es su afán por el dinero. Príncipe de los aires, se le identifica con el espíritu que se ocultó tras la serpiente para seducir a Eva y sería el verdadero padre de Caín. Se lo representa empuñando una espada o un arco. Es el regente del árbol de la vida y el ángel que preside el quinto cielo.
Samyaza: capitán y jefe de los doscientos ángeles rebeldes caídos, junto con Azazel, que es su subordinado inmediato. Se dice que está colgado entre la tierra y el cielo, y forma la constelación de Orión.
Sargatanas: reviste el grado de brigadier de las milicias del averno. Tiene el poder sobre la invisibilidad, enseña cada una de las astucias humanas y las ciencias secretas.
Satanachia: comandante en jefe, gran general del ejército satánico, conocedor de todos los planetas y tiene una fuerza peculiar sobre las madres.
Satanás (Satán): fue el nombre que Dios le dio al gran ángel Beqa, después de pecar, de su rebelión y de ser vencido por Miguel y significa ‘El Adversario’.




Vida y milagros de todos los diablos [I].

 

(Sr. Verle)
 

Lista de demonios conocidos en la tradición judeo-cristiana

Aamón: marqués infernal. Uno de los tres demonios al servicio de Satanachia y ayudante de Astaroth. Conoce el pasado y el futuro, otorgando ese conocimiento a aquellos que han pactado con Satán.
Abaddón (Apollyon): jefe de la séptima jerarquía de demonios que salen de los pozos del abismo con cabeza humana, cabellos de mujer, dientes de león, cola de escorpión, armados con corazas de hierro y coronas de oro. Su nombre proviene del hebreo equivale a ‘El Destructor’ y en griego ‘El Exterminador’.
Abigor: demonio superior, duque de los infiernos, hermoso caballero que lleva lanza de estandarte o cetro y cabalga sobre un monstruo alado. Manda 60 legiones infernales. Conoce el porvenir, los secretos de la guerra y el arte de hacerse amar por sus soldados.
Agaliareth: gran general del infierno, comandante de la segunda legión; posee el poder de descubrir todos los secretos. Manda sobre Buer, Guseyn y Botis.
Agares: gran duque infernal que comanda 31 legiones. Puede hacer que los fugitivos regresen, causar terremotos y enseñar lenguas, otorga propiedades y poder, encontrando placer en dar a conocer expresiones inmorales. Perteneciente al orden de las virtudes, se muestra bajo la forma de un lord benevolente, montando un cocodrilo y llevando un halcón en su puño.
Asmodeo: príncipe de los infiernos con tres cabezas: de toro, de hombre coronado con aliento de fuego y de carnero. Pies de oca y cola de serpiente. Cabalga un dragón y manda 72 legiones. Superintendente de las casas de juego, siembra el error y la disipación. Identificado a veces con Samael, la serpiente que sedujo a Eva.
Astaroth: archiduque del occidente de los infiernos cuyos principales ayudantes son tres demonios llamados Aamón, Pruslas y Barbatos. Representado como un ángel coronado, desnudo sosteniendo una víbora en la mano izquierda y cabalgando a lomos de un lobo. Tesorero infernal, ve el pasado, el presente y el porvenir. Detecta los deseos secretos y concede protección a los grandes.
Ayperos: príncipe de los infiernos, comanda 36 legiones. Se representa como un buitre o como un águila.
Azazel: Uno de los jefes, con Samyaza, de los doscientos ángeles caídos. Demonio terrible con 7 cabezas de serpiente, catorce caras y doce alas. Antes de su caída, pertenecía al coro de los ángeles.
Bael: gran duque del infierno. Cabeza de los poderes infernales reina en la parte oriental, manda 66 legiones, tiene tres cabezas: gato, hombre coronado y sapo o cangrejo. Su torso lomudo termina en patas de araña. Hace invisibles y astutos a aquellos que le invocan.
Balam: es un ángel caído perteneciente al orden de las nominaciones. Como muchos de su especie, responde preguntas acerca del pasado y el futuro. Enseña la astucia y la fineza a aquellos que se lo piden. Se representa como un ser de tres cabezas, toro, hombre con ojos de fuego y carnero. Más a menudo, desnudo y cornudo, con un gavilán en el puño y montando un oso.
Barbatos: Perteneciente al orden de las virtudes, entiende el canto de la aves y el lenguaje de los animales. Es un gran conde-duque del infierno, uno de los tres demonios ayudantes de Astaroth, que aparece cuando el sol se encuentra en Sagitario, con 4 reyes nobles y 3 escuadrones.
Belcebú (Baal Zebud): este diablo es el príncipe de los demonios. El primero después de Luzbel y cuya apariencia toma a veces forma colosal; de rostro hinchado, coronado con una cinta de fuego, cornudo, negro y amenazante, peludo con alas de murciélago. Una vez que se invoca a Belcebú, es extremadamente difícil deshacerse de él. Es el director de las nueve jerarquías infernales, que están debajo de la primera, regida por Satanás. Entre sus títulos, está el de ‘El Señor de las Moscas’.
Belial: uno de los más poderosos demonios que representa al elemento tierra, complementándose con Satanás, Lucifer y Leviatán. Fue uno de los primeros en rebelarse. Antes perteneciente a la orden de las virtudes y de los arcángeles, ahora es el más vicioso de los demonios, muy atractivo está constantemente al acecho para apoderarse de las almas de los que practican una sexualidad libre. Aparece sobre un carro de fuego. El Apocalipsis le menciona llamándole "La Bestia".
Botis: un gran presidente del infierno, que se aparece en la forma de una horrible serpiente. Su forma humana es con enormes dientes y cuernos. Está al servicio de Agaliareth.
Buer: Demonio secundario que manda 50 legiones. Cabeza de león, cinco patas de macho cabrío en estrella (avanza girando sobre sí mismo), experto en medicina, otorga felicidad doméstica y salud al enfermo. Está al servicio de Agaliareth.

(sigue)
 

Grimorio del Pandemonium.

 


He recuperado un 'El paraíso perdido' de Milton con 50 grabados de Doré (como los de la muestra), editado por Montaner y Simón en 1886.

No lo había leído, pero hay un verdadero grimorio.
Parecido a este:

Satanás (Satán), emperador.

Espíritus superiores:
Lucifer (Luzbel), rey.
Belcebú (Baal Zebud), príncipe.
Astaroth, archiduque.

Espíritus principales:
Lucífugo, primer ministro.
Satanachia, comandante en jefe.
Agaliareth, capitán general.
Fleuretty, teniente general.
Sargatanas, brigadier.
Nebiros, mariscal de campo.

Dieciocho espíritus subordinados:
Lucífugo manda en los tres primeros, que se llaman Bael, Agares y Marbas.
Sanatachia, sobre Pruslas, Aamón y Barbatos (ayudantes de Astaroth).
Agaliareth sobre Buer, Guseyn y Botis.
Fleuretty sobre Buthin, Pursan y Abigor.
Sargatanas sobre Leraye, Balefar y Foran.
Nebiros sobre Ayperos, Nurébus y Glassyabolas.

Emisarios especiales: Miirion, Belial y Anagaton.

Otros espíritus infernales: Samael, Lilith, Mefistófeles (Mephisto Pheles), Leviatán (gran almirante), Balam, Samyaza, Azazel, Abaddón (el exterminador) y Asmodeo.

Todo un plantel de diábolos y diábolas.

 


11.3.22

Memorial.

(EFE)

Día de la conmemoración

Y ahora estamos fascinados por un abismo.

En el día conmemorativo
la tempestad que consume el pasado
se hunde en él junto a nosotros.

El viento ha tomado su forma definitiva en la angosta entrada
es una rememoración
del conocimiento de la noche que tienen los muertos.


Bei Dao
.

Seudónimo de Zhao Zhenkai, poeta chino nacido en Beijing en 1949.
 
 


(Una idea de la becaria del Sr. Verle):
 
La ausencia es el mejor remedio contra el olvido, pero el mejor modo de olvidar algo para siempre es verlo a diario.
 
 
 

7.3.22

Culturas de resistencia.

Hace ya más de treinta años de la muerte de Charlie Parker y un aventajado discípulo está en escena. Estamos en Londres y el parkeriano saxofonista está exiliado y es judío. Es un disidente, político y musical. También es escritor, se trata de Gilad Atzmon. Crítico con el Estado de Israel, su postura antisionista es atacada a menudo asimilándola a posturas antisemitas. Dada su formación de izquierda, suele explicar, y aplicar, la historia del jazz como una dialéctica de luchas. “El jazz de finales de los años cincuenta sacó a la luz los profundos defectos del sueño americano. Para la burguesía blanca, el jazz era un problema que necesitaba solución: integrarlo en el sistema. Y así el jazz dejó de ser subversivo habiendo pasado a ser un mero género marginal asociado con la música ambiental de fácil audiencia. El mensaje espiritual y político del jazz casi está derrotado. Fue la música de la revolución, pero ahora es el suave sonido del capital”.


                              GILAD ATZMON (http://www.gilad.co.uk/)

La coherencia artística y personal de su obra, le hace asumir que el éxito anule la búsqueda de la legitimidad  y  la  motivación  social  o  política  y  que  de un  disco  meritorio  sólo  quede un movimiento temático, unas frases, unos colores producidos por el timbre de los instrumentos.
Su música, que con base en el ‘bebop’ incorpora música mediterránea, no es considerada por él, en absoluto judía.

“Si eres hebreo eres extranjero de todas formas y a la actividad artística judía le falta autenticidad, según Wagner. El jazz trata sobre la libertad, no sobre la autenticidad”.

Se niega a considerar el jazz como una aventura técnica. El jazz no sería una forma de conocimiento, sino un estado de ánimo, una visión del mundo, una forma innovadora de resistencia.
 

“Tocar jazz es sugerir una realidad alternativa, reinventarse, estar listo para hacerlo hasta el amargo final. Es un asalto contra la racionalidad y una rendición completa a la belleza. Requiere la revisión e interiorización de unos amplios principios armónicos y rítmicos antes de que uno pueda producir su primera frase jazzística, por simple que ésta sea. A lo largo de los años he tenido ocasión de rodearme de gente mucho más dotada que yo, de músicos mucho más avanzados que yo... Para mí, ser músico implica poder expresarse uno mismo a través de la música, ser uno mismo. Es mucho más fácil ser otra persona [un clon] que uno mismo”.

¿Cómo escuchar entonces su música sin prejuicios?
- Es blanco… ¡Oh!
- Es judío… ¡Ah!
- Es propalestino… ¿No? Y sin embargo...
  
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El melómano de jazz para no caer en la tentación tiene que escuchar la música como Ulises atado al mástil. Y la tentación es no transformar los sonidos en relatos ni los acordes en conversaciones.
Escuchar entonces el proceso sonoro que deviene música: los entrelazamientos de una sección rítmica, el uso de la disonancia y la síncopa o los estallidos emocionales, que constituyen, según Paolo Fabbri, un pálpito continuo de transformaciones.
El jazz inventa sus reglas. Y es aquel en el que domina la improvisación, deja a un lado toda armonía y toda melodía, no teme a la cacofonía, experimenta con timbres nuevos y crea estructuras propias, sus propias formas de previsibilidad.
Como cualquier improvisación colectiva, sigue Fabbri, también la del jazz se vale de estratagemas: los desarrollos melódicos, el cromatismo consonante pero ajeno a la escala y las improvisaciones modales o las atonales.
La forma de vida que el jazz nos propone tiene una extraordinaria importancia para la teoría cultural en sus aspectos artísticos, estéticos y políticos. Gilles Deleuze ha señalado en la música de jazz una dimensión política que no se limita al desarrollo de significados culturales en la interpretación. Política que supone investigación, experimentación e invención de un lenguaje. Una sesión de jazz crea una comunidad, un colectivo de ejecutantes y oyentes e introduce, al mismo tiempo, sentido en la naturaleza muda de un sonido sin significado.
Como el lenguaje sonoro de la música carece de nivel semántico, y es precisamente aquí, dice Fabbri, donde radica su contenido y su sentido, se habla de ella sólo mediante metáfora poética o alegoría social. Siendo sobre todo la de jazz, la que merece más adjetivos calificativos y epítetos despectivos, más simplificaciones sociológicas y antropológicas.
  

Vide: AA.VV., Jazz in Emilia Romagna. L'arte, la storia, il pubblico, Europe Jazz Network Ed., 2005.

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