Amada:
Navegando en tus mares, no vislumbro la orilla...
Se han cubierto de nieblas los valles de tus senos.
Se han teñido de ocres los campos de tu otoño.
Se
han roto las amarras...
tus
desbordados ríos
conducen
la tristeza por los desfiladeros
que dibuja la nada en cualquier otro beso.