30.12.11
Ser de tu amor, el amor
10.12.11
Correpondencia
Simplemente quiero darte las gracias por tu estupendo blog.
Tras leer primeramente la entrada... yo pasé un buen rato leyéndolo. Es muy interesante y fácil de entender. Me gustó mucho la entrada...
Te escribo porque actualmente estoy trabajando en la empresa ...
y mi trabajo consiste en persuadir a los bloggers agregar nuestros enlaces.
Me encanta mi trabajo, tenemos un equipo genial, pero por desgracia no tengo ni idea de convencer a los bloggers para que colocan nuestro enlace, por eso me temo que yo pueda perder mi puesto. Aún así, en lugar de enviar miles de emails a varios bloggers, estoy leyendo tu blog...
Sinceramente, no estoy seguro que nuestro enlace... sería conveniente en tu blog....
Sin más por el momento te deseo un excelente día! Una vez más te agradezco por el blog porque es genial!
3.12.11
La cripta
25.10.11
Lugar
Para J. H.
Ha llegado el tiempo del lugar.
Una casa, una calle, una ciudad,
ese vacío que fluye
moldeado a cincel por la memoria,
periferia de todos los espacios,
olvida o conmemora
la huella signadora de su establecimiento.
Ha llegado el tiempo del lugar,
pues sin saberlo,
el espacio era ya…
el lugar en el tiempo.
Z.
17.8.11
12.8.11
Nunca, nadie, nada... pasado
Leídos los diarios
ya no escuchas la música de radio.
Como todos los años antes de Navidad,
en soledad transcurren unas horas
que preceden reuniones familiares.
La calle se desnuda, parpadean farolas
y casi nunca llueve.
No por nostalgia ni melancolía,
el alma se te encoge,
solitario,
se humedecen los ojos…
te acompaña la suerte de no pensar en nada,
escasa lotería de dicha momentánea,
y sin embargo
escribes unos versos tan helados
como esas manos tuyas
que, invernales, añoras
asomado al vacío
de este corazón deshabitado.
Parpadean farolas, la calle se desnuda
y casi nunca llueve.
Nunca, nadie, nada.
8.8.11
Viaje en tren
En tren.
En otoñal mañana, aún el tren no se desplaza.
Una joven mujer, triste de ojos morenos y morena de ojos tristes, busca su reservado asiento con desgana aparente.
Se acomoda a mi lado, y desprende con su embarazo leve, o tristeza de frío, ni se abre el abrigo de lana, o tristeza de antojos, se esconde en gafas negras rehuyendo compañía.
Se me antoja asignarle una mirada erótica a sus tersas rodillas, para corresponder furtivo a su desdén, frente a mi cortesía.

2.8.11
Ángel azul
Reencuentro breve.
a M.
Este escondido amor,
dormido estaba en la memoria leve,
contigo se despierta.
Tan ajados dejó los días de mi otoño
que el corazón, asaz desconfiado,
no revive la dicha de feliz coincidencia.
Tu respuesta de encuentro
lacera silenciosa mi piel y mi recuerdo.
Tu desamor ahora,
cual tempestad de invierno,
inútil quebraría como árbol secado,
mi alma para siempre.
¡Continuas tan bella,
asmodea princesa de mis sueños!
Largo temblor de besos escindidos
tu cabello dibuja esa faz tan querida,
añorante deseo que conduce a tu boca,
esos labios tan calmos que mi sed no apaciguan.
Me negarás tus senos
y el abrazo se pierde lejana tu cintura
apagando cual lluvia mis tibios sentimientos.
Mi ansia no confina tu cuerpo inaccesible
y tus ojos, hermosos ojos grises,
traducen en jirones mis tenues esperanzas.
El tiempo, con su curso, cicatriza
los amores perdidos y su herida,
ajena se resiente a los cambios del tiempo.
31.7.11
Verde que te quiero verde
Ninfa.
a S.
Aunque tu silencio no implique cobardía
prefieres, desdeñosa, no darte por vencida
y sin palabra escrita combatir más mi dicha,
avergonzada, esperas, por resultar explícita.
Aunque fue sólo un brote de esperanza postrera,
yema que, florecida, anuncia primavera
en algún viejo tronco de rajada madera
que amor despojará de una inútil espera.
28.7.11
Amor cortés

Amor cortés.
a V.
I)
Mi horóscopo decía
que Venus
(diosa de la armonía y del amor)
me permite desplegar mi máximo carisma
y que Saturno agrega
eficacia implacable.
A causa entonces de tu suave seducción
cuando trabajábamos,
el viernes por la tarde
te escribí por e-mail:
“Además de tenerte
muchísimo cariño,
me estoy enamorando
de ti completamente”
Y tú me contestaste:
“Gracias por el cumplido y agradezco
que todos me apoyéis
en momentos de agobio”
Ay, querida, no se trata de eso.
¿Qué diosa me castiga
sin estar en los brazos de la mujer casada?
II)
Que fueses dormitorio donde sueñe,
osé anhelar desde el primer encuentro,
pero devine siempre,
a tu atracción, frontera inescrutable:
mirarme y nunca verme… como hombre,
resultado constante de interesadas citas.
¿A qué la primavera?
Han pasado los días
y tan sólo me ha quedado de ti
un móvil y un e-mail
en agenda anotados con letra temblorosa.