6.8.14

Poema del parque.



Un lento atardecer de hastíos pleno…

Mano inerte que no rozas apenas
la sombra de la amada fugitiva,
temblorosa persigues
ese desnudo seno que embriagado
mi corazón exhuma y me deleita.

¿No se venga el amor con el vacío
del recordado beso que no ha sido
repuesto?

Prisionero tenaz de tu destino,
mi pensamiento escapa y sobrevive
doliente en el azar de tu deseo.


Portalegre, abril 2004.

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