3.1.22

Diario de errores.

Los aires, los malos aires de diciembre. Ya volaron el tejado de la nave, ya arrancaron las ramas de los castaños viejos, ya desprendieron el brezo de las verjas. Siguiendo el camino, paralelo a las crestas, de sur a norte, aumentan su fuerza y acrecientan su potencia si su velocidad es elevada. Como si su flujo discurriese por conductos sin rozamiento, se presentan de improviso, enfrentándose con ímpetu inusitado a todo lo  que se les ponga por delante.
Y luego sólo queda un memorial de daños.
 [27/12/2012]
 * * *


Inocente, inocente… Sólo tres días ha durado tu suerte. Esos días luminosos que comienzan fríos, escarchas y rocíos por doquier, y que siguen a esas noches de cielos impolutos con la luna en su esplendor, con la sombra arrojada de los árboles tan potente como un mediodía de verano. Justo tras la luna llena del día de los inocentes, las nubes han subido a la sierra y durante toda la mañana han descargado lluvia.

El gozo del trabajo será para otros días del invierno.
 [29/12/2012].

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