III
El
paisaje dibuja sin querer los recuerdos...
Hierba
delgada y fresca.
Soledad
de los pinos.
Aquel
pequeño valle.
Las
desnudas colinas detienen la mirada
recortando
el perfil de un cuerpo deseado...
Se
nota la distancia,
se sufre,
se
refleja en las nubes,
pequeñas
nubes blancas
que
alejan más el cielo, perdiendo el horizonte.
Y te
sientes atado
a los
nombres grabados en un árbol cualquiera,
una
fecha cualquiera, en un sitio cualquiera...
Porque
siempre es cualquier día
y te parece nunca
si el
paisaje se mira tras alambres de espinos
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