6.11.19

Reminiscencia por la superluna.


"Puede recitarse la muerte de reyes, pero no la de un hijo propio". J. Salter


En la estación que muda la color
del bosque de mimosas expiradas,
sin responder tu nombre a mis llamadas
la lluvia impregna el torso de dolor.

Como lengua de fuego iridiscente
la noche se allegó tan traicionera
sin avisar su ataque, cual supiera
qué fácil derramar sangre inocente.

Ningún augurio enturbió la calma,
yo te hube dormido sigiloso,
y el mal que te afligía peligroso
rasgó certero el pliegue de tu alma.

La luna con su luz te trajo el frío
que te abriga por siempre en el vacío.


REMINISCENCIA.
(09/11/2016).


 

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