14.2.08

La de San Quintín...

... Tarantino y el sexo

(viene del NJ)



(Fotografía de David LaChapelle)




INTERIOR. MOTEL (habitación seis) - DE NOCHE
BUTCH & FABIENNE
Acurrucada sobre la cama, completamente vestida, de espaldas a la cámara, está FABIENNE, la amiga francesa de Butch.
FABIENNE (Maria de Medeiros): Apaga la luz.
Butch aprieta de nuevo el interruptor y la habitación vuelve a quedar a oscuras.
BUTCH (Bruce Willis): ¿Está mejor así, cariño?
FABIENNE: Oui. ¿Has tenido un día duro en la oficina?
BUTCH: Muy duro. Hoy he tenido una pelea.
FABIENNE: Pobre. ¿Podemos hacer la cuchara?
Butch se mete en la cama y se acuchara a Fabienne por detrás. Cuando Butch y Fabienne hablan entre sí, lo hacen como ado­lescentes.
FABIENNE: Me estaba mirando en el espejo.
BUTCH: ¿Y?
FABIENNE: Desearía tener una barriguita.
BUTCH: ¿Te miraste en el espejo y deseaste tener un poco de barriga?
FABIENNE: Una barriguita. Las barriguitas son sexy.
BUTCH: Pues deberías sentirte feliz, porque la tienes.
FABIENNE: No digas mentiras. No tengo barriguita. Lo que tengo es un poco de vientre, como Madonna cuando hizo Lucky Star. Pero eso no es lo mismo.
BUTCH: No me había dado cuenta de que hubiera una di­ferencia entre tener barriga y tener vientre.
FABIENNE: La diferencia es enorme.
BUTCH: ¿Y quieres que yo también tenga barriga?
FABIENNE: No. Las barrigas hacen que los hombres parez­can idiotas o como un gorila. Pero una barriga, en una mujer, es algo muy sexy. El resto del cuerpo es normal. Una cara normal, unas piernas normales, unas caderas normales, un trasero normal, pero con una gran barriga, perfectamente redondeada. Si tuviera una, me pondría una camiseta dos tallas menores para acentuada.
BUTCH: ¿Y crees que eso les parecería atractivo a los hom­bres?
FABIENNE: No me importa que a los hombres les parezca atractivo o no. Es una verdadera pena que lo que nos parece agradable al tacto, raras veces nos lo parezca a la vista.
BUTCH: Si yo tuviera una barriga, te apretaría con ella.
FABIENNE: ¿Me apretarías la barriga?
BUTCH: Directamente en la barriga.
FABIENNE: Pues yo te sofocaría. Me dejaría caer directa­mente sobre tu cara, hasta que no pudieras respirar.
BUTCH: ¿Me harías eso?
FABIENNE: ¡Sí!
(…)
FABIENNE: ¿Así que todo salió bien al final?
BUTCH: Todavía no hemos terminado, cariño.
Fabienne se da la vuelta y Butch se coloca sobre ella. Se besan.
FABIENNE: Corremos mucho peligro, ¿verdad?
Butch asiente con la cabeza: «Sí».
FABIENNE: Si nos encontraran, nos matarían, ¿verdad?
Butch asiente con la cabeza: «Sí».
FABIENNE: Pero no nos encontrarán, ¿verdad?
Butch niega con la cabeza: «No».
FABIENNE: ¿Todavía quieres que vaya contigo?
Butch asiente con la cabeza: «Sí».
FABIENNE: No quiero ser una carga o una molestia...
Las manos de Butch desaparecen del encuadre y empieza a aca­riciar la entrepierna de Fabienne.
Fabienne reacciona.
FABIENNE: ¡Dímelo!
BUTCH: Fabienne, quiero que estés conmigo.
FABIENNE: ¿Para siempre?
BUTCH: Para siempre.
Fabienne echa la cabeza hada atrás.
Butch continúa acariciándole la entrepierna.
FABIENNE: ¿Me amas?
BUTCH: Oui.
FABIENNE: ¿Butch? ¿Me darás siempre placer oral?
Butch la besa en la boca.
BUTCH: ¿Quieres chupármela?
Ella asiente con la cabeza: «Sí».
FABIENNE: Pero tú antes.
La cabeza de Butch desaparece del encuadre para darle placer oral a Fabienne, cuyo rostro queda a solas en el encuadre.
FABIENNE (en francés, con subtítulos en inglés): Butch, amor mío, empieza la aventura.
LA ESCENA SE FUNDE EN NEGRO.
(EL RELOJ DE ORO. ‘PULP FICTION’ Roger Avery y Quentin Tarantino).