26.11.21

11.305 días.




Once mil trescientas cinco jornadas exiguas
mal compensan la herida de no tenerte próximo.

Visito muchas tardes las piedras que te cubren
talladas en dolores y lavadas en llanto,
y te recito un verso escrito en tu agonía
añorante de abrazos y de sonrisas huérfano.

Invoco tu memoria taciturno ante el árbol
y un pájaro, con trinos, en mi mente te acerca:
te imagino en tus sotos con tu torso desnudo
recogiendo frambuesas entre frutales jóvenes.

Pero tu tenue efigie escapa temblorosa,
ya no habrá quien construya con amor tu bohío...

Once mil trescientas cinco jornadas exiguas
compensan mal la herida de no tenerte nunca.

09/03/2015

22.11.21

Muerte en noviembre.



 “nuestras penas no se transforman en poemas”. MS.


Con fruición habíamos leído un verano el libro, recopilación de escritos en prosa del poeta americano fallecido en noviembre de 2014 Mark Strand, ‘Sobre nada y otros escritos’.
Y sobrenada tras su lectura un poso de conocimiento humanista y serenidad intelectual que no deja inerte a quienes tenemos congojas en el alma y el mes de noviembre no cesa de ser un recurrente doloroso de ellas.

Dice Strand, en su libro editado en 2015 por Turner, que la muerte [Tánatos] es una neblina, un velo o una nube que separa a la persona viva de la vida y que la memoria es un mausoleo de acontecimientos que no se sostendrían en el presente, siendo su música siempre un canto fúnebre*. Y es que el olvido -esa libertad de la desmemoria- sería el verdadero comienzo de la poesía.
Aunque la poesía, afirma, es la manifestación del lenguaje en su forma más engañosa y seductora **. En un poema, la mayor parte de lo que se dice no se sabe, o es desconocido. Y en la medida en que un poema se explica o se parafrasea, deja de ser un poema.
Sin embargo cuando leemos poesía, la idea de la muerte parece indolora, incluso bella porque la muerte es el tema principal  de la poesía. La poesía, escribe, es un largo epitafio, un adiós a nuestra discreta estancia en la tierra. 
Y aunque mueran los poemas, la poesía continuará.

Por esa capacidad que tiene la poesía de ordenar nuestra casa interior, toda mi memoria se cierra ahora en su recuerdo con versos de dos ‘novísimos’:


“Mataron a mi hijo en la montaña / un animal se esconde entre los árboles”. LMP.

“… murió en noviembre y llueve en su piel blanca”. PG.

 *
 Z”L  Zijronó Liberajá (de bendito recuerdo).

* * *



* Henry Purcell [hoy es el aniversario de su muerte], "Music for the Funeral of Queen Mary, Z. 860 (March, Man that is Born of a Woman and Canzona. 1695)",
 por The Baroque Brass of London, Choir of Clare College Cambridge & Timothy Brown.

** O como Ben Lerner [The Hatred of Poetry] que concibe todo poema como una forma de fracaso del lenguaje, que nunca expresa un sentimiento con la profundidad que lo origina. (Véase H. J. R. en ABC Cultural 29/10/2016, pág.6).