Tan
sólo la mimosa,
los
eneros lluviosos,
verdor
aporta.
Un
verdor apagado
y amarillos
glomérulos
cuando
germina,
que
raudos se marchitan
con
la siguiente luna
y
se ensombrecen.
Sin
luces, ni silencios,
el
corazón presagia
noches
de escarcha.