11.1.24

Venice.

 Al encuentro de K.

 

[Por si vuelvo a Italia]

Vengo a Venecia expresamente a ver un ‘kandinsky’. Una excepción que confirme una regla.
 He cruzado el Puente de la Academia en dirección al Dorsoduro y desde allí hacia el oriente llego, en Fondamenta Venier, al palacio donde se encuentra la Colección Peggy Guggenheim, aprovisionándonos de paso de un moleskine artesanal en una vieja gráfica, caminando por calles y callejuelas angostas con algún pequeño edificio rehabilitado por V. Gregotti (sin relación con su proyecto frustrado para un ‘contenido’ Museo Guggenheim en la Aduana, intervención que acabará en manos de T. Ando cuando, casi un decenio más tarde, interese a otro comitente).
Allí, aunque los guías insisten en que los turistas visiten, en el jardín, las tumbas de Peggy y sus canes, pasas adrede de, incluso, las interesantes esculturas metálicas u, hoy, los homenajes temporales a Jack Tworkov y Claire Falkenstein  y penetras en el Palacio para dirigirte a la sala donde se exponen permanentemente, con otros, los ‘kandinsky’ y así poder escrutar su no voluminoso óleo sobre lienzo “Paisaje con manchas rojas nº 2” datado en 1913.


Paisaje con manchas rojas nº 2 (1913). Óleo sobre lienzo. 117,5 x 140 cm.
Colección Peggy Guggenheim. Venecia.
© 2009 Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris

Termina ahí la búsqueda que inicié en el Guggenheim de Nueva York donde, tras la experiencia espacial con F. Ll. Wright, había llamado poderosamente mi atención el óleo de Kandinsky “Pintura con borde blanco”, ahora mismo objeto de una especial exhibición en este museo.

 

Pintura con borde blanco (mayo 1913). Óleo sobre lienzo. 140,3 x 200,3 cm.
Solomon R. Guggenheim Museum. Nueva York.
© 2009 Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris

En su entorno, amén de otras también pertenecientes a la Solomon R. Guggenheim Founding Collection, con una datación temporal coetánea o contemporánea, se encontraban [ver figuras siguientes]:
- Estudio para la "Composición II", 1910. Óleo sobre lienzo, (97,5 x 130,5 cm).
- Improvisación 28 (segunda versión), 1912. Óleo sobre lienzo, (111,4 x 162,1 cm).
- Pequeñas alegrías, Junio 1913. Óleo sobre lienzo, (109,8 x 119,7 cm).
Y la seminal
- Líneas negras I, Diciembre 1913. Óleo sobre lienzo, (129,4 x 131,1 cm). 


            
 
            
                                          © 2009 Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris

La citada búsqueda había tenido por objeto descubrir, o confirmar, lo que más me interesa de Kandinsky. Y es, el momento pictórico circa 1913, en el que su fauvismo fastuoso no precisa de la representación figurativa, su relativo expresionismo (para seguir el canónico discurso artístico) se desdibuja y la figura (dibujo y color) se convierte en una ‘abstracción’ cromática que busca un nuevo equilibrio o armonía.
Su camino no fue directo, algunos pasos contradictorios se detectan en las obras citadas, pero el conjunto si representa un giro, una vuelta de tuerca en ese arte autónomo que fue la pintura europea de principios del siglo pasado.
El llamado creador de la pintura abstracta prefería, de acuerdo con las observaciones de su sobrino A. Kojève, hablar de su pintura como pintura ‘concreta’ al tratarse, sus cuadros de entonces, de universos completos y reales que existían por sí mismos y no eran abstracciones de lo que podía existir fuera de ellos. En todo caso, pintura no representativa, ‘objetiva’, ya que no representaban objetos porque ellas eran en sí mismas un ‘objeto’ pictórico independiente de la subjetividad del autor. La bella superficie plana coloreada no será arte decorativo sino arte absoluto, algo que sólo es ‘pintura’.

[Nota bene: También ha sido preciso cotejar al respecto otras importantes obras de Kandinsky (composiciones, improvisaciones y pinturas) de esa época, como por ejemplo:
· En París, en el Museo Nacional de Arte Moderno, Centre Georges Pompidou:
Sin título. 1910 -13. Lápiz, acuarela y tinta china sobre papel. 49,6 x 64,8 cm.
· En San Petersburgo, en el Museo del Hermitage:
Composición nº VI. 1913. Óleo sobre lienzo. 195 x 300 cm.  
(Que estuvo expuesta temporalmente en el Prado).
· En Moscú, en la Galería Estatal Tretjakov:
Composición nº  VII 1913. Óleo sobre lienzo. 195 x 300 cm.
· En Munich, en la Städtische Galerie im Lenbachhaus:
Improvisación 26 (Remeros). 1912. Óleo sobre lienzo. 97 x 107,5 cm. y
Estudio para “Composición VII” (Boceto 2). 1913. Óleo sobre lienzo. 100 x 140 cm.
y en la Staatsgalerie Moderner Kunst:
Improvisación soñadora. 1913. Óleo sobre lienzo. 130,7 x 130,7 cm.
· En Chicago, en el Instituto de Arte:
Pintura con centro verde. 1913. Óleo sobre lienzo. 108,9 x 118,4 cm.
· En Washington, en la National Gallery of Art:
Improvisación 31 (Batalla naval) 1913. Óleo sobre lienzo. 145 x 119,7 cm.
y, también, en Nueva York, pero en el MOMA:
Pintura Nº 198. 1914. Óleo sobre lienzo. 162,5 x 92,1 cm. (Simon Guggengeim Fund.)
Pintura Nº 200. 1914. Óleo sobre lienzo. 162,5 x 80 cm. (Idem.)
Pintura Nº 199. 1914. Óleo sobre lienzo. 162,6 x 122,7 cm. (Nelson A. Rockefeller Fund.) o
Pintura Nº 201. 1914. Óleo sobre lienzo. 163 x 123,6 cm. (Idem.)]

Posteriormente a su etapa de Munich, tras la primera guerra mundial, en su pintura aparecerán de nuevo las formas, unas formas genéricas (‘universales’ si se quiere), mostrando en muchos casos un mundo interior perceptivo y sensorial, pero entonces su producción artística, más romántica, dejará de tener para mí tanto atractivo.
Porque es importante constatar el momento en que un artista, un pintor, deviene ‘manierista’. Cuando no avanza y su manera de hacer se convierte en ‘estilo’, y me parece Kandinsky uno de los casos paradigmáticos.
Frente a ellos, sólo los que, cuando la facilidad de su técnica propicia su energía expresiva, mutan buscando cada vez un nuevo absoluto que trascienda su trazo perfecto, sublime, deben ser nuestros maestros:
Leonardo, Rembrandt, El Greco, Velázquez y algún otro.