Los
aires, los malos aires de diciembre. Ya volaron el tejado de la nave, ya
arrancaron las ramas de los castaños viejos, ya desprendieron el brezo de las
verjas. Siguiendo el camino, paralelo a las crestas, de sur a norte, aumentan
su fuerza y acrecientan su potencia si su velocidad es elevada. Como si su
flujo discurriese por conductos sin rozamiento, se presentan de improviso,
enfrentándose con ímpetu inusitado a todo lo
que se les ponga por delante.
Y
luego sólo queda un memorial de daños.
[27/12/2012]
* * *
Inocente,
inocente… Sólo tres días ha durado tu suerte. Esos días luminosos que comienzan
fríos, escarchas y rocíos por doquier, y que siguen a esas noches de cielos
impolutos con la luna en su esplendor, con la sombra arrojada de los árboles
tan potente como un mediodía de verano. Justo tras la luna llena del día de los
inocentes, las nubes han subido a la sierra y durante toda la mañana han
descargado lluvia.
El
gozo del trabajo será para otros días del invierno.
[29/12/2012].
* * *
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