POEMA VI
Se quiebra el pliegue de la blanca rosa
y emerge rutilante de la espina
el canto doloroso. Golondrina
que surcas los espacios silenciosa
libera la tristeza de la hermosa
piel, deseante y deseada, fina
seda envolvente de ti, diamantina
y azul, ante mis manos temblorosa.
Insinuación que excita mis pasiones...
Tu desamor a salvo me pondría
mas despiertas mis gozos y mis sombras.
Te hace daño sellar los corazones.
Tu desamparo crece cuando nombras
que mi cuerpo ya nunca te tendría.
(El amor te hiere).
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