Una tarde lluviosa de noviembre,
entre jaras y encinas y jazmines,
antes que en la añoranza, toda, mines
mi corazón y tu nostalgia siembre
de solitud la pesadumbre mía,
yo quiero recordarte sólo, plena
de timidez... Y tu hermosura llena
mi vieja habitación, que está vacía,
de falsas esperanzas y temores.
No acudes a mis citas como espero.
No supe seducirte. Mis amores
vagan fantasmagóricos. Sincero,
mortecina la tarde en sus colores,
te diré con ternura que te quiero.
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