Tardes estivales.
I
El transcurso del tiempo ya adelgaza
la añoranza de tu cuerpo, oscuro
tu recuerdo
difuminado como humo al viento o
cambiante como algodón de nubes.
Quisiera estarte asido como hiedra
al viejo roble herido y tu memoria
rebosante
cual agua cristalina de la alberca.
Conservaré tan solo mi esperanza:
ceniza derramada sobre hierba.
ENSOÑACIONES.
[13/08/2016]
II
Tienes, capaz, tomada del mundo su medida.
Por sombras de las cosas determinas
las horas que discurren paralelas
a muros blanquecinos que cierran las ventanas
para control del aire cuando se agosta el día.
Pones indicaciones para encontrar los rastros
de huellas que delatan astutos merodeos
de máquinas precisas asociadas a un ruido,
o a la bruma caliente que esconde la colina
cuando el resol refulge la piedra presentida.
Señalas direcciones donde circulan aguas
a distancias que facilitan ecos:
el brotar de la hierba, el cantar de los pájaros,
su vuelo que preludia el frescor de las tardes
o el sentido del viento que anuncia amaneceres.
Localizas el norte cualquiera noche clara…
Inhábil corazón
lo externo es tu seguro,
pues tú nunca has sabido mantener un amor
ni en bandeja servido.
Posees
-aprehendida nostalgia-
manos acariciantes que tan sólo preservan,
deseados y dulces,
la forma de unos senos.
UTILIDADES.
[15/08/2016]
III
El lento crecimiento de los árboles
impedido por arbustos cercanos
que malforman sus ramas inferiores,
imagen de la vida envuelta en calma
pautada por la esquila que no turba
el silencioso vuelo de rapaces
dibujando acordes en el cielo
el límpido azul de cada tarde,
los verdes luminosos recortados
en reflejos de láminas de agua
aquietadas por los cuerpos desnudos
deslizados inmóviles durmientes.
Amor ¿es ésta la belleza?
La Carson dice que la belleza hace posible el sexo.
DESEOS.
[21/08/2016]
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