“Una vez que toma la
resolución de marcharse hay muy poca cosa que le retenga. Vacía la nevera,
cierra la casa y a mediodía se encuentra ya en plena autopista. (…) en realidad
ha salido con el alba, y a media mañana está cerca de su destino, la ciudad de Salem,
(…) en la provincia del Cabo Oriental.
La pequeña hacienda de su
hija se halla al final de una sinuosa pista de tierra, a unos cuantos
kilómetros de la ciudad: cinco hectáreas de tierra, casi todas cultivables, (…)
y una casona baja, amplia, pintada de amarillo, con el tejado de chapa de
hierro ondulada y un porche.
(…) De la sombra del porche
asoma Lucy a la luz del sol. Durante un momento él no la reconoce. Ha pasado un
año desde la última vez, y ella ha engordado. Ahora tiene las caderas y los pechos
(busca la palabra más adecuada) amplios. Descalza, cómoda, sale a saludarlo con
los brazos abiertos, y de hecho lo abraza y lo besa en la mejilla”.
J. M. Coetzee. ‘Desgracia’ (Disgrace).
Ed.
R. H. Mondadori. Barcelona 2000.
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El
viaje del cincuentón profesor David Lurie, una visita –dice-, un cambio de
aires y no un refugio, aunque piense que el escándalo le seguirá adonde quiera
que vaya, tendría mucho de inconsciente huida en la contradictoria Sudáfrica de
finales del veinte.
Pero
su verdadero viaje, su tránsito más íntimo, el que le hace añicos su modo de
vida y su forma de pensar por las consecuencias inesperadas, va desde la
pulsión erótica y su dimisión como docente, imputado por acoso sexual a una
alumna, hasta el brutal ataque irracional de tres desconocidos que sufren su
hija y él en la granja.
Una
violencia inexorable, de ahí la maestría de Coetzee, donde la piedad y el
terror resultan de todo punto irrelevantes.
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[a partir de un texto de Z.]
No. El tránsito íntimo es la lenta aparición del deseo, radicalmente ausente durante casi toda la novela.
ResponderEliminarHolmesss
Holmesss, hace muchísimo que yo la leí. El post es prestado.
EliminarLa película no mejora, faltaría más, la interpretación.
Caramba, qué hosco estaba hace 10 años, y qué mal lo pasaba.
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