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L. C.
Sólo tú loco,
loco de amor, de fuego y de poesía.
Escondido en tu sueño ocultaste el deseo
y se quedó contigo una cierta tristeza
por pagar a la vida un tributo de flores.
Con tus manos abiertas pedías lo imposible
y te fueron negadas por todos tantas cosas
que surcaste los mares anclado en tus recuerdos:
contemplar la belleza de los cuerpos amados,
escribir con la aurora sus nombres en la arena
borracho por los besos robados a la noche...
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