Pon la popa al Cabo Carvoeiro
y ven hasta Berlenga donde
espera
la obscena levedad del
archipiélago,
de gaviotas quejidos estentóreos
y arreboladas oquedades ciegas.
Unidos por las sombras
pasearemos
en la bruma que aquiescente
cobije
la conjunción de nuestras
soledades.
Pon la popa al Cabo Carvoeiro
y ven... hasta las acijadas
aguas
de unas playas que oculten los
olvidos.
2001.
«Acijadas aguas», no sé cómo he podido vivir sin ese adjetivo. Hermosos lugar y poema, Verle.
ResponderEliminarVaya, llevaba esperando algún comentario crítico suyo. Gracias.
Eliminar