El revés de la vida vivía adormecido, pero el más leve ruido
lo despierta enseguida y te acota, haciéndose presente, la geometría
elemental del sentimiento.
Así, vuelve a planear la negra sombra de la desolación. Ese
mar, que acaricia tus piernas en la orilla, pero puede llevarte dentro cuando
menos lo esperas. O ese cielo sombrío que se cierra y en lugar de romper en
tormentas, te desborda incontenibles lágrimas.
[26/10/2014]
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