No puede negarse en ciertos sucesos una relativa
capitalización del desamparo que a todos nos atañería. Mas los blogs han tenido
una cierta capacidad balsámica, como poción terapéutica para atemperar la
pérdida sufrida, sin convertirla en usufructo del dolor.
Y porque el tiempo no cura pero anestesia, hemos podido realizar,
como final de partida, en edición no venal, una compilación de los escritos que
han girado durante dos años sobre el asunto del quebranto que nos produce
sobrevivir en condiciones adversas.
Se precisa una retirada a los cuarteles de invierno ahora que
se nos plantea otra aceptación de la irreversibilidad, porque al dolor
espiritual se sobrepone un dolor físico próximo.
Que todo vaya muy bien, Señor Verle. Vuelva pronto.
ResponderEliminarLe mando un abrazo.