¿Podrá incluso secar la muerte/ esos
nuevos lagos de complacencia? P. Larkin
Hasta que no destierres tu apatía,
promotora de todos tus fracasos,
precursora de todos tus ocasos,
no sentirás tu vida como ansía,
huida, guarecerse en cualquier puerto
al abrigo de mares desbocados,
cuando manos y pies sean esposados
por el desgarro de tu hijo muerto.
Tienes que convertirte en su testigo
ante piedras y pájaros y flores
para entender su corazón amigo
con lágrimas, poemas y dolores.
Hasta que no culmines su
viaje,
no sabrás de la muerte
su lenguaje.
[09/04/2015]
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