I
Para extraerte briznas de cordura
han
abierto una herida en tu cerebro
por
que ataje el asedio que veloz te consuma,
mas
difícil resulta no sentir desconsuelo
si
después, sangre a sangre, impotente,
noche
a noche, te recojo del sueño.
La
vida que discurre tan aprisa
nos
deja mil abrazos sin donar.
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