Silencio.
No es extraño que en
los suplementos culturales de final de diciembre se resuma ‘lo mejor del año’
con criterios impuestos por sus editores. En ‘Babelia’ de El País no se
recogían libros de pensamiento, frente a ‘El
Cultural’ que sí contempla ese apartado.
Precisamente el más
valorado en este suplemento de El Mundo
fue el libro del historiador francés Alain Corbin, Historia del silencio (Ed. Acantilado. Barcelona, 2019), que sí fue
objeto en su día de críticas positivas en ciertos suplementos, como recoge la
propaganda de su editorial.
No es accidente por
lo tanto, que una revista cultural de derechas (perdóneseme el oxímoron) como Nueva Revista, en su nº 170 / 2019 lo
reseñe ampliamente.
Adquirida, con otros
textos, como lecturas bifrontes para la espera de ese Jano, dios de los
comienzos, que supone el mes de enero, el librero te regala la libresca revista
(gratuita) Mercurio que, como buen
géminis, no debía rechazar.
Y qué casualidad. Su
nº 211 nov.-dic. 2019, de su nueva andadura, está monográficamente dedicado al
silencio, con artículos sugerentes y reseñas que, como no podía ser de otra
manera, incluyen el antedicho libro de Corbin.
¿Llaman serendipia a
ese hallazgo inesperado que se produce por destino, sin buscarlo? Pues heme
aquí prestando, por serendipia, atención al silencio, reflexionando sobre él.
Una buena manera de atravesar la puerta del nuevo año.
El silencio, además
de abolir el tiempo, abre un espacio, nos sugiere Andrés Ibáñez. Y haciendo
gala de sobriedad, en estos tiempos de ruido y furia, procuraremos guardar ya silencio,
para que la vida no sea más un cuento contado por un idiota.
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