14.2.22

Groovin' High.

 

“Groovin' High". Dizzy Gillespie.

 

“Groovin' High” es un álbum recopilatorio de sesiones de estudio del compositor y trompetista de jazz Dizzy Gillespie.  

Recorded 1945 - December 11, 1947

El gran trompetista Dizzy Gillespie toca "Blue 'N' Boogie" con un sexteto en 1945 que incluye a Dexter Gordon; se une a Charlie Parker para cinco de las primeras joyas del bop ("Groovin' High", "Dizzy Atmosphere", "All the Things You Are", "Salt Peanuts" y "Hot House"); toca dos números con Sonny Stitt en un combo; y también interpreta cinco temas (incluyendo "Things to Come") con su big band de 1946.

https://www.youtube.com/watch?v=ysCv6fY2JUA

 

Personnel:

    Alto Saxophone – Charlie Parker, Sonny Stitt

    Tenor Saxophone – Dexter Gordon, James Moody

    Bass – Curly Russell, Murray Shipinsky, Ray Brown, Slam Stewart

    Drums – Cozy Cole, Joe Harris, Kenny Clarke, Shelly Manne, Sid Catlett

    Guitar – Chuck Wayne, Remo Palmieri

    Piano – Al Haig), Clyde Hart, Frank Paparelli, John Lewis

   Trumpet – Dizzy Gillespie, Dave Burns , Elman Wright, John Lynch, Matthew McKay, Raymond Orr, Talib Daawud

   Saxophone – Billy Frazier, Howard Johnson, , John Brown, Ray Abrams, Saul Moore, Scoops Carey, Lucky Warren

    Trombone – Alton Moore, Gordon Thomas, Leon Cormenge, Taswell Baird

    Vibraphone – Milt Jackson

    

* Muchas de las piezas de este disco forman parte de la historia del jazz. La mayoría de los temas aquí recogidos, constituyeron las primeras muestras grabadas del bebop, la nueva música de jazz que contribuyó de manera decisiva el desarrollo de lo que hoy, casi un siglo después, conocemos como jazz moderno. Esta música venía incubándose desde el principio de los años 40 en las jam sessions que se desarrollaban en el Minton's Playhouse, Monroe’s y otros clubes y garitos de Harlem. Allí, en el corazón negro de la gran manzana, se reunían algunos de los músicos que le dieron cuerpo a esta nueva manera de entender y tocar jazz: Thelonious Monk, Charlie Christian, Kenny Clarke, Bud Powell, Charlie Parker y Dizzy Gillespie.

Al llegar a los años 40, el jazz se encontraba en un estancamiento musical y muchos músicos estaban frustrados por las limitaciones que suponía tocar en big bands, y empezaron a buscar formas de expresión nuevas y originales.

Así, la generación más joven del jazz optó por cambiar abiertamente las normas. La respuesta por ejemplo de Gillespie al aburrimiento de la rutina del swing fue tocar a un ritmo furioso y llenar el breve solo que se le concedía en la orquesta con tantas ideas armónicas y melódicas como podía.

El bop supuso una ruptura fundamental con el jazz clásico y por eso sufrió inicialmente un profundo rechazo de la crítica jazzística y como no, de los propios músicos swingers, acusándolo de no ser jazz. Sin embargo finalmente fue el nuevo estilo el que acabaría condicionando decisivamente la evolución del jazz moderno.

En 1945, Gillespie no solo había alcanzado un absoluto dominio de sus recursos como instrumentista y poseía esa poderosa facultad sonora que junto a su creatividad y originalidad en sus solos había levantado la admiración entre sus compañeros de profesión, sino que además, era el jefe junto a Charlie Parker del nuevo movimiento, por lo que estas grabaciones tuvieron el efecto de una bomba entre el público y sobre todo entre los jazzmen que miraban hacia el futuro.

Sobre el támden Parker-Gillespie, se moduló las nuevas perspectivas del jazz. Gillespie venía de tocar, con una personalidad ya contrastada y consolidada, con las orquestas de Teddy Hill, Lionel Hampton, Cab Calloway y Lucky Milender y ya había superado, en técnica y potencia, a su maestro Roy Eldridge, un músico clave para entender la transición entre la trompeta de swing y la de bebop.

Grabaciones recogidas en este soberbio álbum tuvieron el efecto de una bomba e iniciaron el camino para todo lo que vendría después en la música de jazz. Y Dizzy Gillespie y Charlie Parker, fueron los máximos responsables de ese cambio de rumbo que le ha dado al jazz gran parte de su gloria y trascendencia en la cultura musical de la humanidad. El entendimiento entre ellos, tanto en sus exposiciones al unísono, como en sus solos, es de un nivel insuperable y las vertiginosas subidas al agudo y las ráfagas de notas de sus trompeta, se complementaban extraordinariamente con el fraseo veloz y desgarrado de Bird.

El disco también recoge algunas grabaciones de los inicios de su gran orquesta, una big band prodigiosa a la que Dizzy aportó los conceptos y lenguaje del bebop. La aportación de algunos extraordinarios solistas, como el contrabajista Ray Brown o el saxo tenor James Moody, y la impagable aportación de los arreglistas Tadd Dameron, George Russell o Walter Gil Fuller, ayudaron notablemente al éxito de una de las mejores y modernas big band de la historia del jazz.

El bebop jamás llegó a ser tan popular como el swing. En primer lugar porque en el momento fuerte de la revolución bebop, en 1942, el Sindicato de Músicos prohibió a los músicos grabar para protestar por la falta de ingresos por la música reproducida en la radio y en las gramolas; la consecuencia es que mucha de la mejor música del momento no fuese grabada.

También porque no era una música fácil como el swing, sino creativa e impredecible. El gran público prefería la música de entretenimiento y espectáculo. Por otro lado, la música negra que estaba empezando a atraer a las masas era el rhythm & blues; grupos pequeños y de música popular de donde surgiría el rock and roll.

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