Anexo.
Fechas y acontecimientos significativos de la
cronología hurdana.
[CATANI, M. (1989).- “La invención de las Hurdes”]
1199.
En documento de confirmación de la
donación del castillo de Palomero a la Orden de Santiago por el rey Alfonso IX
se citan los nombres de Mestas y Ovejuela (Mestis y Ovegiola). Ambos topónimos
pueden indicar la dedicación ganadera de la zona, aunque existen controversias
respecto a las etimologías de toda la zona. En documentos anteriores (1192) ya
se constata la presencia humana en el territorio.
1289.
El concejo de Granada (Granadilla) hace a La Alberca donación de la dehesa de Jurde. Se trata de un extenso
territorio, correspondiente con las actuales Hurdes Altas, que en esas fechas
constituían un espacio de aprovechamiento ganadero para los vecinos de La
Alberca. Un territorio alejado de la villa de Granada, cabeza del señorío, que
constituía un verdadero enclave espacial y económico en la zona. En el
documento de donación se citan algunas alquerías.
1440.
Donación al infante don Enrique, de Granada y su tierra. La donación introduce
Las Hurdes en un contexto caracterizado por la presencia notable de una
organización señorial que incorpora la región al juego de las elites de poder.
1450.
Donación de Granada y su tierra a los señores de Valdecorneja (luego duques de
Alba) por el rey Juan II. El nuevo señorío, que continuará hasta la abolición
del régimen señorial, reforzará y consolidará la inserción de Las Hurdes en un
contexto superior, lo que desmiente el pretendido aislamiento secular de la
región.
1455.
Escritos de arrendamiento de la dehesa a vecinos de, entre otros lugares, las majadas
de “Las Mestas” y “Ladrillal”.
h.1515.
Posible fecha de promulgación de las primitivas ordenanzas del concejo
albercano. Las ordenanzas configurarán un territorio estrictamente organizado,
regulándose detalladamente los aprovechamientos agrícolas y ganaderos en la
dehesa de Jurde. Así queda confirmado
el carácter esencialmente complementario de la dehesa con respecto al concejo
albercano del que dependía desde la donación en el siglo XIII.
1527. Se registra una escritura actualizada
del Censo enfitéutico otorgada por el Concejo de Granada a los vecinos de la Dehesa de lo Franqueado (Hurdes Bajas).
Dicha escritura demuestra que la dehesa de lo
Franqueado conoció en sus relaciones con la villa de Granada, unas
relaciones más equilibradas que las que se dieron entre la dehesa de Jurde (Hurdes Altas) y el concejo
albercano, el cual ejerció un duro señorío concejil sobre aquellos territorios.
1531. Escritura de Censo enfitéutico de la Dehesa de Jurde, otorgada por el concejo
de La Alberca a los moradores en dicha dehesa. La propia dinámica de desarrollo
interno de la dehesa de Jurde obligó
a emplear fórmulas que restituyesen nuevamente el equilibrio en la relación
entre las dos zonas. El procedimiento empleado en esta ocasión fue, como en el
caso de la de lo Franqueado, la realización de un censo enfitéutico que otorgaba a
los moradores de la dehesa de Jurde, bajo determinadas condiciones, el derecho
a disponer de su propio territorio. Se citan, entre otros, los sitios de
“Ladrillal” y “Las Mestas”.
1599. Fundación del convento de carmelitas
descalzos de Las Batuecas. Hecho que hay que entender como primordial en el
intento de las élites de renovar moralmente la comarca, considerada ya como una
tierra a evangelizar, lo que contrasta vivamente, por ejemplo, con el único
expediente de condena inquisitorial en la región (1584).
1671.
Inicio del proceso de desagregación de la alquería de Río Malo, del concejo de
Nuñomoral, para su agregación al de Caminomorisco. Este hecho es otro ejemplo
de que nos hallamos ante un proceso de reorganización espacial, propio de una
sociedad sujeta a cambios y transformaciones.
1684.
El obispo Porras Atienza accede a la sede episcopal de Coria, diócesis en la
que se hallaban incluidas Las Hurdes. Este obispo desarrollará una intensa
labor en la región tanto en el plano espiritual como en el material, poniendo
en marcha numerosas iniciativas encaminadas a la mejora de las condiciones de
vida de los hurdanos: construcción de puentes, edificación de la Iglesia de Cambroncino,
etc. culminando su acción con el proyecto, fracasado, de reagrupar las
dispersas alquerías de Las Hurdes Altas en unos pocos núcleos, en un intento de
facilitar su atención espiritual y desarrollo material. Porras chocó, sobre
todo en el intento de reagrupación de la población, con la viva resistencia de
los hurdanos que se negaron a cumplir un proyecto que ignoraba el arraigo
humano y otros argumentos de tipo material.
1700.
Finalizan las obras de construcción de la Iglesia de Carboncillo (Porras
Atienza).
1734.
Expediente promovido por el obispo de Coria, Vicente y Cebrián, para reagrupar
las alquerías hurdanas en unos pocos núcleos urbanos. El proyecto, que
fracasará también, es una continuación de la iniciativa de Porras Atienza y
constituye la confirmación de una presencia eclesiástica activa en la región.
1749.
Catastro de Ensenada. «Interrogatorio» que ordenó realizar el Marqués de la
Ensenada, ministro de Fernando VI, con el objeto de poner en marcha un nuevo
sistema tributario.
Recoge
datos de la comarca hurdana; es otro ejemplo de cómo Las Hurdes no
permanecieron aisladas del contexto nacional y de cómo estuvieron ligadas a
la corriente de reformas administrativas emprendidas por la monarquía
borbónica.
1784. Se publica Viaje de España, de Ponz, que contiene una referencia a la comarca.
Con Ponz se inicia la larga serie de viajeros y polígrafos que se ocupará de la
región hurdana, ofreciendo en la mayoría de los casos una visión retórica,
tópica y cargada de lugares comunes.
1790. Se realiza el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, una exhaustiva
«encuesta» dirigida a todos los pueblos de la región extremeña, que contiene,
en el caso hurdano, valiosa información acerca de diversos aspectos sociales y
económicos.
1833.
Establecimiento de la división provincial de España y separación de Las Hurdes
y La Alberca, que a partir de ese momento formarán parte de las provincias de
Cáceres y Salamanca respectivamente. La separación de los dos territorios será
una solución formal y administrativa que pondrá, eso sí, punto y aparte a la
serie de enfrentamientos y pleitos entre hurdanos y albercanos, pero que no
resolverá ninguno de los graves problemas que aquejaban a la región hurdana.
1845.
Se publica el Diccionario geográfico - histórico, de Madoz. Es un texto apenas
descriptivo y se halla plagado de inexactitudes, exageraciones y tópicos.
1859. Comienza el proceso de desamortización
civil en Las Hurdes, primero en Pinofranqueado y posteriormente en los demás
municipios de la comarca. La desamortización planteara un grave problema en los
concejos hurdanos por cuanto sus bienes comunales salieron a pública subasta,
obligando a los vecinos a comprar los territorios que habían poseído desde
tiempo inmemorial.
Por
sus características y objetivos financieros, políticos, sociales, que comprendían
todo el territorio del Estado, la desamortización es una intervención exterior
indiscriminada, no específica, pero constituye también un expresivo ejemplo de
intervenciones que acaban por desconocer o ignorar la particular realidad
socioeconómica de aquella región.
1891. Se
publica Las Jurdes y sus leyendas, del polígrafo Vicente
Barrantes, que, sustancialmente, no hace sino recoger pintorescas
interpretaciones de la remota historia hurdana.
1903. Se funda, con el apoyo de
eclesiásticos y significados representantes de la élite provincial, la sociedad
Esperanza de Las Hurdes. La Esperanza, máximo exponente de la acción
organizada en torno a Las Hurdes desde postulados que reflejan la mentalidad
regeneracionista moral burguesa propia de comienzos de siglo XX. Los objetivos
de la sociedad comprendían tanto la mejora material como espiritual de la
región, en un afán no demasiado alejado de los planteamientos del obispo Porras
Atienza. En torno a la sociedad se fue formando un numeroso y representativo
núcleo de filántropos y benefactores, que comenzaron a mover la conciencia de
la opinión pública y llamar la atención del Estado hacia los problemas de Las
Hurdes.
1922. El rey Alfonso XIII visita Las Hurdes.
La visita real culmina el largo proceso iniciado a finales del siglo XIX y
durante el cual la bandera de la regeneración del «país hurdano» fue enarbolada
con verdadero entusiasmo por las élites hurdanófilas. La visita del rey es un reconocimiento simbólico que vendrá a
impulsar el desarrollo de la sociedad hurdana en algunos aspectos materiales y
culturales.
1922. Se crea, por iniciativa del rey
Alfonso XIII, el Real Patronato de Las
Hurdes, organismo encargado de promover y dirigir el desarrollo de la
región. Entre las iniciativas que se realizan hay que destacar la construcción
de las denominadas «factorías», edificios destinados a albergar la escuela, el
dispensario médico y la casa cuartel de la guardia civil; se levantaron en
Caminomorisco, Nuñomoral y Las Mestas.
1927. Se publica Las Jurdes, étude de géographie humaine de Maurice Legendre,
hispanista francés. La obra de Legendre quiere ser un estudio de geografía humana,
pero contiene también numerosos ejemplos de apriorismos y juicios morales,
producto de una mentalidad moderna, poseedora de un código de valores
distinto, radicalmente distinto, del usual en la sociedad hurdana.
1932.
Buñuel realiza Terre sans pain. No es
un documental al uso porque contiene escenas producto del montaje previo.
Presenta una visión cruda y descarnada de diversos aspectos de la vida
cotidiana en la región.
1940.
Comienzo de la repoblación forestal. Dentro de las acciones emprendidas por el
Estado tras la guerra civil, encaminadas al desarrollo hurdano, la repoblación
forestal es la primera que destaca por su importancia y dimensión económica.
Era un proyecto habitualmente contemplado para Las Hurdes desde principios de
siglo, planteado por los hurdanófilos que
veían en la repoblación forestal la única posibilidad de un aprovechamiento
racional de aquel territorio yermo.
Sin
embargo, la repoblación, o mejor la implantación, como debería denominarse,
habría de plantear a la larga numerosos problemas con los propios hurdanos, en
cuyos montes comunales se realizó tras su reclasificación como «montes de
utilidad pública» pasando a ser administrados por organismos estatales.
La
repoblación se efectuó en los diferentes términos municipales, en los montes
que desde tiempo inmemorial y más concretamente desde la desamortización
civil del XIX, fueron propiedad legalizada de los vecinos, quienes los
explotaban de forma comunitaria. Al repoblarse todos aquellos territorios, los
aprovechamientos tradicionales hubieron de cesar, con los naturales
perjuicios para los vecinos que, sin embargo, en un primer momento, aceptaron
confiados en que ello supondría una mejora en las expectativas económicas de
la comarca.
Con
el paso del tiempo, se advirtió que la repoblación no suponía una fuente de
ingresos tan sustanciales como se pensó en un primer momento aunque la tarea
proporcionara jornales durante años a la mayoría de los hombres.
El
descontento ha dado lugar en los últimos años a numerosas acciones de
protesta y represalias que se concretan, sobre todo, en el gran número de
incendios provocados intencionadamente en casi todos los términos municipales.
En
otro plano, la repoblación es un ejemplo más de una intervención del exterior,
en principio razonable y cargada de buenas intenciones, que choca frontalmente
con una peculiar estructura social y económica asentada en la historia y cuyas
claves de evolución no han sido apenas tenidas en cuenta a la hora de la
realización del proyecto.
1954.
El General Franco, visita Las Hurdes
(1954). La visita reviste características similares a la realizada en 1922 por
el rey Alfonso XIII. Se trata también de la culminación de un proceso de atraer
la atención sobre el estado de la comarca que, evidentemente, sigue
considerándose, como treinta años antes, el «baldón de España». Es decir, a
pesar del paso del tiempo, a pesar de las acciones emprendidas por el Estado,
de las iniciativas de hurdanófilos. etc. la «cuestión hurdana» seguía viva
muchos años después.
Ello obliga a una nueva intervención exterior
del Estado, que acude de nuevo con proyectos de desarrollo económico, cultural
y social: construcción de viviendas populares en varios municipios hurdanos
así como la construcción de ayuntamientos, centros médicos y escuelas (todo
ello bajo el impulso institucional del Plan
de regiones devastadas, puesto en marcha para la reconstrucción de algunas
zonas del país castigadas por los rigores de la guerra).
La
visita de Franco traería inmediatos beneficios también en el plano individual
y personal para muchos hurdanos. Se realizó así una política eminentemente
asistencial que no atacaba los problemas en su raíz, sino que, por el
contrario, refrendaba y consolidaba situaciones carenciales, como se hizo en
otros tiempos.
1976.
Comienza el Plan Hurdes, proyecto de desarrollo integral de la comarca, que
revitaliza las competencias del antiguo Patronato
planificando y desarrollando numerosas iniciativas para la mejora de la
infraestructura general de la comarca.
1998.
Visita a Las Hurdes del rey Juan Carlos I…
[Todas las imágenes provienen de Google]
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