una
búsqueda leve,
un
contenido anhelo
y
apareces...
Entre
rumor de pájaros,
confidencias
y afanes,
mutuos
roces, miradas...
tus
gestos, mis deseos,
permanecemos
juntos una tarde.
No
era cualquier tarde...
era
la primavera
que
elimina la brisa
que
dibuja la blusa
que
desnuda tu cuerpo...
Mi
añejo corazón
se
torna encadenado
a
tu aliento, tu risa o tu cabello suelto
y mantiene mi dicha
y
te mantiene
largo
tiempo a mi lado,
temiendo
que la noche
caiga
sobre tus ramas de encina y madreselva
y
el adiós se presente
fugaz
y presuroso
e
inevitable rompa
el
cristal del instante
que
presupone el beso,
ese
beso no dado y sin embargo cierto...
(el
aire te besaba
uniendo
nuestros labios
cuando
te despedías).
No
he conseguido verte desde entonces
pero
escribo recuerdos, (no sabes que te quiero),
para
hacer más llevadera la locura.
PRIMAVERA.
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