El tragaluz del alba
respira con tu boca
al final de las calles vacías.
Luces grises tus ojos,
dulces gotas del alba
sobre oscuras colinas.
Tu paso y tu aliento
como el viento del alba
inundan las casas.
La ciudad se estremece,
exhalando las piedras –
eres la vida, el desvelo.
Estrella perdida
en la luz del alba,
aullido de la brisa,
tibieza, respiro –
ha acabado la noche.
Eres la luz y la mañana.
Por la mañana siempre vuelves. Cesare Pavese
20 de marzo de 1950.
© Traducción de Sr. Verle
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