1.11.21

Pequeño cuaderno de bitácora (1).


- Día 1º.-
Después de la visita de julio, todo se ha precipitado. Viaje relámpago de rescate en plena semana grande y ahora traslado con perspectivas de cierta permanencia esperando acontecimientos.
La situación se ha agudizado y otras circunstancias la hacen, si cabe, más gravosa. Esperar no ayuda, llorar no sirve. ¿Dónde está el límite?
La vida se ha jodido irreparablemente.
- Día 2º.-
El ritmo médico tiene menos cadencia que el ritmo familiar.
Hoy como ayer, todo se ha descompuesto y tras la tragedia el naufragio. ¿Qué pecios se podrán salvar? La incerteza aplaza todo.
No esperar nada. Nadie va a salir incólume en el momento de la verdad y alguno no puede darse cuenta de su responsabilidad.
- Día 3º.-
Salir de la ciudad sucia y plomiza. Salir a respirar y oler, verde o mar.
Abre el día y en la playa, descalzo, caminar hasta la orilla. Allí, solo, lejano, mirar al mar y sentirlo. Pero el mar también está en la mente. Y pide su tributo: un poema.
Al despedirse del mar y de la arena negra, un sueño reparador te aleja de la pena.
- Día 4º.-
Día gris, espera gris. Sube la tensión.
Tarde de lectura para sobrellevar la inacción que te vence.
- Día 5º.-
Otra vez playa y un simulacro de mar. El viejo puerto pintoresco y folclórico. Cañas, ravas y fotos, por lo menos.
Se acerca la hora de la verdad, sólo los íntimos sabemos lo que espera. Y tan pocos casi no dan consuelo. El  dolor del alma ¿quién lo aplaca?
- Día 6º.-
El día definitivo, en principio. Explicaciones con el fin de que todo nos cambie. Para que nos quede inaugurada una etapa. Dura. Durable.
Difícil recuperación de lo anterior. ¡Ya nada será igual, sino peor!
Todo condicionamiento habrá sido un juego de niños respecto a los que vendrán, o los que ya, hoy, están aquí. Todo pendiente de hilos que no se manejan, que mueven otros.
Días de llantos. Por él, por mí… por todos.
- Día 7º.-
Dificultades para encarar el estado de los demás o el propio. Mejoras: ficciones.
Cambio de actitud. ¿Cuándo cambiará la cuasicerteza de la desesperanza?
Resignación.
- Día 8º.-
¿Cuándo se irá  todo al carajo?
Falsas ilusiones fuera de la realidad. Correr riesgos y perder esperanza. Riesgos previsibles. Esperanza vana.
- Día 9º.-
Distracciones pocas en esperas largas y tensas.
- Día 10º.-
Pequeños destellos de confianza. Mas larga es la cura y el cuidado largo.
- Día 11º.-
La insoportable levedad del  ser.
Quebradizo como vidrio, no se vislumbra luz al final del túnel, aunque el funicular descienda despacio y seguro.
- Día 12º.-
Sin poder comunicar con exactitud la situación, dada la indelicadeza de desvelar el asunto. Nadie te consuela de veras.
Ni siquiera la lluvia… que traía truenos.
- Día 13º.-
Confirmado el primer quebranto oportunista, no ayuda ahora ni el cuándo ni el porqué. Esperar su inocuidad ilusamente quizás. O sufrir las consecuencias, más.
Qué diferente se torna el mundo cuando lo restringes a las cuatro paredes clínicas.
Mañana será otro jodido día.

5 comentarios:

  1. ...

    Nada en lo que ayudar. Sepa al menos que le leemos.

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  2. Mucho ánimo, Sr. Verle, hay que vivir.
    Sumo mis abrazos a los de Bonnie. Adapts lo ha dicho muy bien: le leemos.

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