En tren.
En otoñal mañana, aún el tren no se desplaza.
Una joven mujer, triste de ojos morenos y morena de ojos tristes, busca su reservado asiento con desgana aparente.
Se acomoda a mi lado, y desprende con su embarazo leve, o tristeza de frío, ni se abre el abrigo de lana, o tristeza de antojos, se esconde en gafas negras rehuyendo compañía.
Se me antoja asignarle una mirada erótica a sus tersas rodillas, para corresponder furtivo a su desdén, frente a mi cortesía.
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