28.1.22

Nada te va a hacer daño.

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Según la leyenda del rabino Juda Löw, el Golem (estatua autómata de barro a la  que se daba vida por medio de una fórmula mágica [en hebreo ‘embrión’, en el Talmud ‘sustancia amorfa’]) llevaba escrita la palabra emeth (‘verdad’) en la frente. 
Cuando el rabí Löw le arranca la primera letra de dicha palabra [a la sazón la aleph, primera letra del alefato, alfabeto hebreo], entonces convierte la palabra ‘verdad’ en meth (‘muerte’). 
Mediante dicha circuncisión lingüística el Golem (‘la sustancia sin formar’ de Salmos 139, 46) adopta, según la leyenda, su auténtica entidad de creatura.


 Y es que según Foucault, la alternativa a la muerte no es la vida sino más bien la verdad. 



 

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