Tras días de distancias, nos miramos
y nos decimos todo con los ojos,
me abres la camisa, me acaricias
y el deseo se escapa de tus manos,
tu boca me protege
y recorre mi piel que estremecida
busca tu piel,
íntimo aliento de infinitos besos.
Me envuelve tu perfume y me acompaña
como rumor de adioses nunca dichos,
o nunca deseados en tal caso.
Te vas...
pero te quedas en el aire
o en alguna canción que suene triste.
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