“Si hay dolor, que sea sólo
lluvia...”
W Faulkner.
Dejad que tenga un día de tristeza
repasando las cajas de recuerdos de amores
periféricos
esperando la entrada del invierno,
la primera memoria que mis ojos anegan
con llantos de nostalgias que arrastren mi
destino
al escuchar conciertos del solsticio.
Arrancar de su seno
una mirada,
una palabra,
una caricia, un beso...
me exige
desgarros poderosos de pureza,
jirones de dolor de lejanías,
corazón tolerante
con mis
melancolías compasivo.
Aprehendido de penas
(ella es música y luna y lluvia y rosa nueva)
dejad que esté muy triste
tras sus muros de piedra inacabada y gris,
dejad que esté tan triste
aunque me concediese
una dulce boca no
olvidada por besar.
SOLSTICIO.
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