no
teniendo noticias de tu alma,
rodeado
de flores y de nubes
una
nostalgia intensa me acompaña.
El
milano oteante,
el
agua, allá, lejana...
¿Por
qué te encuentras tan lejos?
...Te
necesito cercana.
Ya
dobla tu recuerdo las oscuras esquinas de la tarde
y viene
cogido de la mano en la montaña.
El
viento mueve las encinas
y presagia
la lluvia y la añoranza.
A
pie de monte, solo,
con
los ojos nublados por las lágrimas,
mi
corazón, como guijarros, roto,
se
precipita fiel...
por la esperanza.
ALUVIÓN.
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