Charlie Parker en
Dial.
El bebop, la
música que llevó los elementos del swing
a un nivel de abstracción hasta entonces inimaginable, se gestó en las sesiones
a que se entregaban Parker, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Kenny Clarke y
otros músicos en pequeños locales de la calle 52 de Nueva York hacia 1942. Durante
varias legendarias sesiones de madrugada en el club Minton´s Playhouse y otros en la calle 52 de Nueva York germinó el estilo que terminó impulsando al jazz hacia una vertiginosa espiral de
creatividad que lo convirtió en la música clásica del siglo XX.
El bop fue una bomba contracultural que sacudió los
cimientos de la sociedad americana de posguerra, una sociedad ilusionada y con
ganas de descubrir nuevos horizontes después de la tragedia guerrera. No
obstante, nada hubiera sido lo mismo sin una figura descollante, un artista
genial que sirvió de referencia para esta radical redefinición del jazz que cambió para siempre la manera
de tocar de los músicos y la manera de escuchar de los aficionados. Charlie
Parker, arquetipo del músico impredecible castigado por las drogas y el
alcohol, poseyó el don divino de la creatividad que unido a una asombrosa
técnica le permitió alcanzar las más altas cimas de la expresividad alcanzando
sin duda alguna el olimpo de figuras históricas. Y todo ello pese a su tortuosa
vida salpicada de escándalos y su penosa muerte prematura a los 35 años.
La nueva forma de arte tuvo en una fecha, el 26 de
noviembre de 1945, y en un nombre, Charlie Parker´s Reboppers, algo
parecido a su acta fundacional. Acompañado, entre otros, por Dizzy Gillespie,
Max Roach y un joven Miles Davis, Parker grabó varios temas entre ellos ‘KoKo’ (ver otra entrada).
Todos, originales suyos basados en estructuras sencillas pero diabólicamente
ingeniosas, son muestras de su revolucionario sentido del ritmo, de su talento
como compositor y de su personalidad única como improvisador, el de alguien
incapaz de repetir el mismo solo dos veces -como demuestran las tomas
alternativas- ni que le fuera la vida en ello.
Parker desarrolló
su estilo en sesiones posteriores y sus acompañantes en el viaje del bop fueron cada vez más capaces de seguirle hasta
convertirse en inventores del bebop
en sus respectivos instrumentos. Max Roach fue el mejor aliado de la rítmica
dislocada de Parker, Duke Jordan y Bud Powell desarrollaron un nuevo canon para
el piano y Miles Davis adquirió la confianza necesaria para dar las primeras
muestras de su gran talento como compositor, mientras que Dizzy Gillespie ya
volaba a una altura inalcanzable desde el primer día.
En febrero de 1946, el dueño de una tienda de discos de Hollywood, Ross
Russell, firmó un acuerdo con el entonces Charlie Parker de 25 años. Durante la
mayor parte de los próximos dos años, el saxofonista produjo muchas de las
grabaciones que se consideraron como su mejor trabajo, y algunas de las
improvisaciones de jazz más notables y más memorables de todos los tiempos (con
la composición en el reverso de un sobre jamás traducida en disco).
La compañía Dial Records fue fundada por Russell en
Hollywood ese año 46. Las grabaciones de Charlie ‘Bird’ Parker para este sello se encuentran entre lo más
imprescindible de su producción, de una importancia solo comparable a la de las
Savoy o las Verve. Parker estuvo rodeado de músicos creativos en este período,
pero a veces sonaba como si pudiera dar un sermón completo sobre las
posibilidades de la nueva forma de bebop
él solo.
Charlie Parker produjo su mejor trabajo después de firmar
el acuerdo con Ross Russell y el trato
de Parker con el dueño de la tienda de discos fue un momento decisivo para el
saxofonista. Russell eventualmente se
convirtió en el biógrafo de Parker (no siempre estrictamente preciso). Pero fue
como productor de su propio sello Dial como realizó su mayor servicio a la
música del siglo XX, dando a Parker sus socios ideales (Dizzy Gillespie, Miles
Davis, Max Roach, Bud Powell, Erroll Garner, Ray Brown, J.J. Johnson, etc.),
las mejores condiciones de grabación y manos libres para hacer lo que le
gustaba.
El saxofonista alto se graba con varias configuraciones
como intérprete y director de banda con los grandes músicos de jazz citados. Charlie
Parker se basa en sus raíces y ritmos punzantes de la escena de jazz de Kansas
City y hace también una profunda declaración de la existencia del blues en la
tradición del jazz.
Los dos volúmenes
reseñados abajo contienen todas las tomas elegidas de las 8 sesiones
registradas, con algunas perlas como la Jam
Session grabada en la casa de Chuck Kopely en Los Ángeles o varias tomas
alternativas escogidas, de las cuales la más interesante desde el punto de
vista histórico es la del famoso ‘Alto Break’ de ‘Night In Tunisia’. Famoso
ejemplo de la cantidad de música que Bird podría incluir en cualquier oportunidad
es su pasaje después de la presentación del tema de ‘A Night in Tunisia’, un
fragmento fascinante simplemente acreditado en los anales del jazz como ‘The
Famous Alto Break’ (*).
Las grabaciones de Dial entre el 28 de marzo de 1946 y el
17 de diciembre de 1947 muestran a Parker con los principales experimentadores
jóvenes de bebop de la época. En las
primeras sesiones se puede escuchar a ‘Bird’
al lado de músicos de sesión de la costa oeste (aparte de un jovencísimo Miles
Davis con 19 años en la trompeta) interpretando auténticos clásicos de nuevo
cuño, en su mayoría basados en estructuras básicas como el blues o los standards de Tin Pan Alley. Las últimas
grabaciones indican cuán completamente Parker había dominado su oficio. Su
técnica se adaptó perfectamente a la deslumbrante velocidad con la que podía
improvisar melodías frescas, cambiar acentos y énfasis rítmicos de chorus en chorus, y enganchar nuevas líneas sorprendentes de su voluminosa
biblioteca mental de frases y temas. ‘Bird’
reconstruye a su antojo su herencia musical, fabricando nuevas líneas melódicas
que transcurren con una abundante profusión de certeras notas sobre bases
armónicas conocidas y a un tempo generalmente endiablado.
Y puesto que ésta es música hecha con las entrañas, entre
estas sesiones los acontecimientos de la vida de Parker quedaron marcados a
fuego en sus grabaciones. Y también abarcan los extremos del clima emocional y
los recursos físicos de Parker. Su estado de salud tocó fondo el 29 de julio de
1946 durante una sesión que no completó, pero en la que se encuentra una pieza
especialmente dramática y de un enorme interés histórico: la famosa
interpretación de ‘Lover Man’, soliloquio incoherente pero apasionado (grabado
cuando el saxofonista agotado y adicto apenas podía sostenerse, y mucho menos
tocar), donde el oyente atento puede casi palpar el tenso ambiente reinante. En
julio de 1946, el hábito de heroína de Parker y su estilo de vida caótico lo
alcanzaron de lleno. La droga era más difícil de encontrar en Los Ángeles, y el
saxofonista había bebido un litro de whisky antes de la sesión de julio como
alternativa, con Russell sosteniéndolo en posición vertical frente al micrófono
logró grabar, en estado prácticamente comatoso, una terrible y bella versión de
‘Lover Man’, quizás la prueba más hiriente de los demonios que le acompañaron
en su vida. ‘Bird’ improvisa de una forma caótica, entrando a destiempo y
desafinando de una manera completamente inusual en un músico de su calibre. Los
músicos que le acompañan se miran unos a otros y tocan con poca convicción,
seguros de que la toma no es válida debido al estado catatónico de su líder. Pero
si la interpretación de Parker tiene una fluidez no habitual y una simetría
extraña, su inestabilidad y fragilidad expresan verdades diferentes, el gran
compositor Charles Mingus pensó que esta actuación era magnífica, a pesar de
todos sus defectos. John Gennari, autor del libro Blowin‘ Hot and Cool: Jazz and Its Critics destaca que “su versión desgarradora y angustiada… ha
sido llamada la más poética exposición registrada por Parker“, sin embargo,
dice Gennari, el propio Parker la vio de calidad inferior y susceptible de
amenazar con violencia física contra Ross Russell, el productor de discos de
Dial, si la incluía.
Después vienen otros temas y después el colapso de
Parker, que se desploma en el estudio de grabación. Aquella noche Parker
deambuló por el vestíbulo de su hotel desnudo, prendió fuego a su colchón en una
habitación del Civic Hotel de Hollywood que estalló en llamas. Parker, bajo los
efectos del fenobarbital, fue maniatado, arrestado y enviado a la cárcel del
condado, desde donde daría con sus huesos en el hospital mental estatal de
Camarillo para una cura de desintoxicación. Internado durante seis meses en el
sanatorio salió en una inmejorable forma.
El resto de sesiones son magníficas, ya que después de su
estancia en Camarillo, ‘Bird’ vivió
una época de cierta estabilidad mental. Cuando salió, limpio, grabó la canción ‘Relaxin'
at Camarillo’ en referencia irónica a la experiencia. Pura historia del Jazz.
Pero, en Nueva York, Parker no permaneció relajado por
mucho tiempo. Aún le quedaba un año de esplendor. De vuelta en Nueva York y con
la aureola del mito sobre su cabeza, comenzó a buscar músicos para formar un
quinteto estable. Miles Davis, era una opción clara para la trompeta. Una
sólida sección rítmica formada por Duke Jordan al piano, Tommy Potter al
contrabajo y el sensacional Max Roach a la batería completó un combo que
contribuyó como ninguno a engrosar la leyenda. El ‘Bird’ de estas grabaciones es un músico relajado, en plena forma
tanto mental como física, que vuelca toda la intensidad de sus emociones en su
magistral improvisación. Miles Davis elabora sus solos generalmente en
registros medios, especialmente en las baladas, donde demuestra que puede haber
inspiración donde no hay pirotecnia (este es uno de los hallazgos de Davis que
le convirtieron en mito por derecho propio). Max Roach transforma, con su acompañamiento
y sus solos, la forma de entender la batería moderna.
Un legado musical incomparable. Imprescindible.
***
(*) En la sesión grabada por
el Charlie Parker Septet el 28 de
marzo de 1946 en Hollywood para Dial Records.
Personal:
Charlie Parker (saxo alto), Miles Davis (trompeta), Lucky Thompson (saxo tenor),
Dodo Marmarosa (piano), Arv Garrison (guitarra), Vic MacMillan (bajo), Roy
Porter (batería).
Forma
parte de las “Complete Charlie Parker on Dial” que son las grabaciones de 1946-1947
del saxofonista y compositor de jazz Charlie Parker para Dial Records. También conocidas
como “Charlie Parker. The Legendary Dial Masters”.
VOLUMEN 1: Diggin´Diz - Moose The Mooche - Yardbird Suite - Ornithology - Night in Tunisia - Max (is) Making Wax - Loverman - The Gypsy - Bebop - This Is Always - Dark Shadows - Bird´s Nest - Cool Blues - Relaxin´at Camarillo - Cheers - Carvin´The Bird - Stupendous - Dexterity - Bongo Bop - Dewey Square - The Hymn - Bird Of Paradise - Embraceable You - Bird Feathers.
Personal: Charlie Parker (saxo alto), Dizzy Gillespie, Howard McGhee, Miles Davis (trompetas), Lucky Thompson, Wardell Gray (saxos tenor), JJ Johnson (trombón), Arv Garrison, Barney Kessel (guitarras), George Handy, Jimmy Bunn, Erroll Garner, Dodo Marmarosa, Duke Jordan (pianos), Ray Brown, Vic MacMillan, Bob Kesterson, Red Callender, Tommy Potter (contrabajos), Stan Levey, Roy Porter, Doc West, Don Lamond, Max Roach (baterías)
Sesiones grabadas en Nueva York, Hollywood y Los Ángeles, 1946-1948
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Fuentes:
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