Discos.
"Hay discos que nos acompañan a lo largo del tiempo con más asiduidad que otros, y por ese motivo acaban formando parte de la vida de uno, que ha depositado en ellos sin darse mucha cuenta un archivo cifrado de sensaciones y experiencias antiguas".
Escribía lo anterior
Antonio Muñoz Molina en el diario "El
País" a propósito, hace años, de la actuación en Madrid de Paquito
D'Rivera (por cierto, tan versátil y latino -latino/ladino, Cabrera Infante dixit?
- como para recordar en una entrevista sus actuaciones junto a los payasos
Gaby, Fofó y Miliki), justamente el día que, en Londres, fallecía Bryan "Chas" Chandler, bajista que
fue del mítico grupo "The
Animals" y descubridor y productor del legendario Jimi Hendrix. No se
trata de escribir una necrología póstuma (coincido con el difunto Eduardo Haro Tecglen en
hacer buena la tendencia a publicar artículos necrológicos "cuando el enfermo aún se agarra al último minuto... porque
siempre ha sido deplorable que el muerto se perdiese los últimos elogios").
Si el día 17 de julio moría "Chas"
Chandler de "The Animals”, días
antes se cumplía otro aniversario, el de la formación del deificado grupo "Cream" por Eric Clapton, Jack
Bruce y Ginger Baker. En relación con todo ello traemos a colación alguna
memoria de estos personajes.
Fruto de una obra de caridad, la
compra a un disc-jokey de emisora
local venido a menos del lote de LP's
de su discoteca particular, aparecieron en tu casa varias decenas de discos de
todo pelaje y condición. Con la fruición de un buscador de oro que beneficia el
yacimiento separando la mena de la ganga y a golpes de una intuición derivada
del azar y de un cierto aggiornamento
musical de estudiante de bachillerato de provincias, conseguiste para ti (eras
el hermano mayor) un buen número de paradigmáticos LP's del Pop de aquellos años.
Los elegidos, pequeño tesoro privado
a base de Cream, Animals, Doors, Hendrix, Who, etc. formaron un
bagaje que, desde el principio, te acompañaba musicalmente en todos los
momentos posibles, posibles dentro del diario acontecer de una bastante
numerosa familia, y, sobre todo, al que acudías indefectiblemente, como un fiel
creyente que cumple sus ritos, en las épocas vacacionales cuando el estudio de
la carrera te permitía la vuelta a casa.
El paso de los años, los traslados
de domicilio, las modificaciones de situación familiar, y quizás algo también,
las modas culturales coyunturales y personales, consiguieron desgajar tu
pequeña colección, algo pasada de moda, y la mayoría de los discos ya no sabes
dónde pudieran encontrarse, aunque, demasiado tarde, has realizado las
pesquisas necesarias para tener alguna noticia cierta de esa parte de una
formación que sin ellos no sería la misma.
Sólo pudiste recuperar dos
ejemplares. Por suerte tus preferidos (y los que te generan estas nostalgias).
Para ti siempre fueron, con "Axis"
de J. Hendrix (¡qué interesante versión, oída ahora, de un tema de Hendrix (Voodoo Child) a
cargo del malogrado Stevie Ray Vaughan!), tu ’trinidad’ que por sus
significados musicales y culturales a nivel personal han formado parte de tu
experiencia vital y han moldeado tus gustos. Se trata de "Every one of us" de Eric Burdon and The Animals y "Wheels of fire" de Cream.
"Every
one of us" con
la monumental "New York 1963-América
1968", testamento pop de E. Burdon, quien, luego, al disolverse el
grupo, siguió en USA más en contacto con músicos negros (por ejemplo con Jimmy
Witherspoon con el que grabó "Black
& White Blues").
Y "Wheels of fire", volumen doble, un LP en estudio y otro en vivo, con la armónica y el bajo de
Bruce, y su voz en momentos clave, los solos de batería de Baker y la guitarra y la voz de Clapton. Eric
Clapton tras la disolución siguió una intermitente pero interesante carrera
hasta desembocar en los blues de "From
the cradle". Bruce y Baker por su parte resucitaron hace poco de la
mano de Gary Moore, que como trío BBM y con "Around
the next dream" han querido repetir la ‘historia’, quizás como drama
sino como farsa. (G. Moore, auténtico espiritista, en "Blues for Greeny" rindió homenaje al desaparecido, ya esquizofrénico
paranoide, Peter Green (de Fleetwood Mac) quien en tiempos había sustituido a
Clapton en el grupo Blues Breakers de John Mayall cuando lo abandonó por Cream,
-estudiará alguien la relación, dependiente malgré
soi, Moore vs. Clapton?-).
A pesar de su deterioro físico los
sigues escuchando ahora, incluso frecuentemente, para seguir disfrutando,
aunque mucha gente no te entienda. Has buscado y aún no has descubierto el hilo
que debe conectar (y explique así tu dependencia) "White room" con "White houses", aunque puede que eso no sea ni fácil ni posible...
Se trataría entonces de corroborar
el contenido del párrafo susodicho y recordar, rescatar, algunas joyas
vinílicas de finales de los 60 que, por el paso del tiempo y de la aguja
metálica del tocadiscos, tienen marcadas las mismas huellas que hacen
entrañables a las personas mayores.
Aunque los efectos de los derivados
químicos del vinilo sean tan nocivos para la salud física y el medio ambiente
como proclaman algunos, siempre guardaras lo más entrañablemente posible estos
discos que nunca han sido, ni serán, peligrosos para tu salud mental. O eso, al
menos, espero.
Octubre 1996.
Interesantísimo trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias Sr. Verle.