31.12.15

Frío.


En el sosiego de la noche umbría
señalan las estrellas el sentido
de tu triste ventura:
soportar un sinnúmero de fríos.

Ese frío de clausuradas manos,
ese frío de enigmáticos ojos,
ese frío de impenetrables labios…

Pero ya sólo quiero (robando un verso amigo)
las cosas que envejecen,
nostalgias perdurables
cauterizando un corazón herido.

La vida se consume por instantes
y tú sientes cada vez más el frío.

FRÍO.


18.12.15

Silencio.


El silencio
se rompe
con la hoja que cae
en la paz de este invierno que asoma atemperada.

Tu silencio
por contra
acrecienta la angustia
que encierra mi silencio.

Dos silencios
se restan
y acontece el naufragio
en turbulentas aguas
del vórtice impelido de la nada infinita.

SILENCIO.

26.8.15

Que lo nunca eres tú (y 10).


Escribir un poema es tan difícil
como clavar puñales a la vida,
tan inútil como cualquier derrota
y más hiriente que la lejanía.

Doloroso como una madrugada
atesorar lo interrumpido y femenino en su esencia
y no creer en él
hasta que el último verso,
herido
            quede de muerte.


FINAL.


Que lo nunca eres tú (9).


La eternidad no era una mañana...
mi amor,
hoja de sauce ajada
empapada del rocío que cae.
Tan larga espera
                                marchitará la rosa
mientras el aire puebla
                                          de música de blues el alma mía
herida ya en sedal al conocerte.

Van pasando las horas esta noche
con la cadencia en que se apagan las ventanas,
vencida por el sueño tu memoria
el corazón reprime los sollozos
y se pliega en el párpado la lágrima.

Después de que amanece
la luna llena sigue vigilando...

La vida es acostumbrarse
a que la amada deje de quererte
y a esa ausencia perenne que constituye el tiempo.


BAJADA A LOS SILENCIOS.


Que lo nunca eres tú (8).


Largo temor - dolor - de muerte
recorre sinuoso cada noche mi sueño,
perdido tu cariño, del que no seré dueño,
abandonado estoy, por ti, a mi suerte.

Deseada esperanza que palpite a lo lejos
no dibujan las tardes cuando pasan de largo.
Devuélveme en silencio -¡cuán inútil encargo!-
tu doliente sonrisa recortada en espejos.

Golpea la tristeza con relámpago fuerte
Y el alma de tu amor me frunce el ceño.
De inmensa soledad, plagio pequeño,
largo dolor... temor de muerte.


OLVIDO.


Que lo nunca eres tú (7).


Dulce como la lluvia
erosionas
mi frío corazón
que adolece de lunas
y semeja
la espesa soledad del aire
cuando rompe el silencio
de los días vacíos.

Salvo para ti,
la vida y el amor
no resultan sencillos.

(Escrito el día en que comienzan a crecer las tardes...)



Que lo nunca eres tú (6).


Van pasando los años, mis quimeras
desvanecen su esencia como ondas
de láminas de agua donde roza
tanto fulgor de lágrimas serenas.

Y, sin embargo,
contento estoy de haberte conocido.

Reconocías siempre mis anhelos,
mi alma siempre sola, no se ampara
mi bagaje de penas, mi mirada
suplicante delata el desconsuelo.

Y, sin embargo,
contento estoy de haberte conocido.

En noviembre ¿mis jazmines afloren?
Difícil fructifique mi semilla
en áridos terrenos de caricias
negadas tantas veces en las noches.

Y, sin embargo,
contento estoy de haberte conocido.

Escondes las entrañas y no entiendes
llamadas generosas de cariño,
mas tus ojos se tornan comprensivos:
sólo es piedad lo que fugaz ofreces.

No obstante, amiga,
contento estoy de haberte acompañado.

Necesito esperanzas de luna
para seguir viviendo en ti de hinojos,
tus colinas tras muros poderosos
escalaré buscando tu ternura.

Y, sin embargo,
contento estoy de haberte conocido.

Solitarios, recorriendo las calles,
los abrazos no dados pero libres
adelgazan sentidos verosímiles:
la certeza que no puedes amarme.

Y, sin embargo,
contento estoy de haberte conocido.

Soñaría, cuando llegue el ocaso,
solo gozar tan leve cuerpo impúber
coronado de rosas o de nubes
que esconden doloroso mi fracaso.

No obstante, amiga...
contento estoy de haberte conocido.


SALMODIA DEL GOZO.


Que lo nunca eres tú (5).


“Que jo no sigui més com un ocell tot sol...”

Carles Riba.

Cuando tú sólo seas
                                       rumor de aguas,
las huellas de tus pasos
dibujarán espinas en mis playas
y sangraré al besar tus azucenas.

Cuando tú sólo seas
                                        rumor de ángeles,
recordaré tu limpia desnudez
tras los vidrios opacos del deseo,
... tus pequeñas colinas que acompañan la aurora.

Cuando tú sólo seas
                                       rumor de lágrimas,
vestirá mi añoranza ropajes amarillos
bebiendo jubilosa el vino del olvido
recogido en el cauce que conforma tu vientre.

Cuando tú sólo seas
                                        rumor de estrellas,
indiferente y orgullosa
me dejarás tu despedida suave
el día en que comienzan a decrecer las tardes.

Ensueños imposibles...

Cuando tú nunca seas,
                                              (como quise), mi amada...
seguiré como un pájaro completamente solo:
Tu cuerpo era el lugar
donde puede curvarse la tristeza.


ANIVERSARIO.