26.8.15

Que lo nunca eres tú (9).


La eternidad no era una mañana...
mi amor,
hoja de sauce ajada
empapada del rocío que cae.
Tan larga espera
                                marchitará la rosa
mientras el aire puebla
                                          de música de blues el alma mía
herida ya en sedal al conocerte.

Van pasando las horas esta noche
con la cadencia en que se apagan las ventanas,
vencida por el sueño tu memoria
el corazón reprime los sollozos
y se pliega en el párpado la lágrima.

Después de que amanece
la luna llena sigue vigilando...

La vida es acostumbrarse
a que la amada deje de quererte
y a esa ausencia perenne que constituye el tiempo.


BAJADA A LOS SILENCIOS.


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