Escribir un poema es tan difícil
como clavar puñales a la vida,
tan inútil como cualquier derrota
y más hiriente que la lejanía.
Doloroso como una madrugada
atesorar lo interrumpido y femenino en su
esencia
y no creer en él
hasta que el último verso,
herido
quede
de muerte.
FINAL.
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