V
Macizo de cuarcitas descarnadas
que los fríos desgarran y los vientos asolan,
con la piel tatuada por el liquen
testigo mudo de agonías pretéritas,
cuando vuelvo,
escondes el secreto
de caricias ajadas, de suaves negativas
con destinos sombríos.
Una tarde de marzo más triste todavía
guárdame en tus entrañas
las pequeñas lagunas que rebosan mis ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario